Debido a los recortes presupuestales a dependencias y organismos que ayudan a las mujeres víctimas de violencia, se han puesto en riesgo estas organizaciones como es la Casa de la Mujer Indígena en Zongolica y el colectivo Cihuatlahtolli, confió el activista Jairo Guarneros Sosa.
El entrevistado apuntó que las mujeres en la Sierra de Zongolica se encuentran en un momento difícil, pues el Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI) antes CDI, recortó de manera considerable los recursos destinados para la atención de la violencia de género en mujeres indígenas y además retrasó la entrega de los recursos ahora mínimos, por lo que solo podrán resistir máximo un mes y que de no cambiar esa situación, se verían obligadas a cerrar sus puertas.
Señaló que en esta misma situación se encuentra el Colectivo Feminista Cihuatlahtolli en la zona urbana, que después de más de 20 años, su cierre es inminente, por la falta de sensibilidad del Instituto Veracruzano de las Mujeres.
Jairo Guarneros comentó que con una administración de justicia en contra de los derechos de las mujeres, con institutos municipales de las mujeres sin capacidad de atención y con la posibilidad de CAMI Zongolica en la zona indígena y de Cihuatlahtolli en la zona urbana, de cerrar sus espacios para no seguir atendiendo más a mujeres violentadas, el panorama para las mujeres en la región se ve bastante negro y adverso.
“Quien diría que un gobierno que ganó asegurando ser del pueblo y para el pueblo, las instancias de la sociedad civil que aún en los peores gobiernos estatales tuvieron apoyo para seguir cubriendo la ausencia del estado, en una realidad cada vez más grave: la violencia intrafamiliar y la de género. Pensando como creyente, solo me resta decir: Dios agarre confesadas a las mujeres de la región”.