El sol del mediodía resplandecía en la avenida principal de Xico; un cohete anunciaba que la fiesta brava estaba por iniciar.
Una oración y súplica a Dios para que “la libraran”, fue la única protección que acompañaba a los jóvenes que decidieron formar parte de la capea que año con año se realiza en el municipio, como parte de las fiestas a Santa María Magdalena.
Isidro Jair Jiménez, fue uno de los valientes.
Llegó a temprana hora desde su natal, San Pedro Citlaltepec, Tlaxcala. Según sus palabras llegó a “jugar un rato con el toro”.
Con 28 años de edad, afirma que le apasionan los eventos taurinos. Dijo tener mucho respeto al toro, por lo que siempre sale bien librado de las cornadas del animal.
Hasta el momento, no ha sufrido heridas, aunque sabe que es el riesgo que se corre en cualquier espectáculo con animales.
Consideró que en estos eventos no se maltrata al animal “mueren otros animales peor, aquí no se maltratan”.
También desde Huamantla llegó Julio Aguilar de 20 años, quien explicó que su sueño en era ser “matador”, pero mientras no lo logra, acudir a las fiestas taurinas es su pasión.
“Vengo a disfrutar de la fiesta, del ambiente de Xico. Hace un tiempo quise ser novillero, matador de toros y pues venir acá o ir a cualquier tipo de capea es algo bonito, sentir al animal cerca es una sensación bonita”.
Y con él llegó Valentín Israel de 26 años de edad, quien dijo tener “sangre taurina”, por lo que al lado de sus amigos recorre varios puntos del país en busca de las fiestas patronales donde incluyen toros.
Su historia no es tan positiva, hace 7 años sufrió una cornada, pero dijo, que eso no lo detiene para volver a “jugar con el animal”.
"Tenía yo 19 años y cerca de Huamantla me tocó una cornada aquí en la pierna, tengo una cornada de 15 centímetros, me detiene porque es algo que nos gusta y motiva, la adrenalina, se pasa mucho miedo, pero la adrenalina es lo que nos mantiene aquí”.
Fue después de las 12 horas cuando la fiesta inició.
Uno a uno fueron soltando a los toros.
A los pocos minutos un joven cayó, otro logró librar la furia del toro al grito de “ole” de los asistentes, quienes se emocionaban y gritaban.
Niños, jóvenes, adultos y personas de la tercera edad participaban en lo que muchos consideran “la fiesta más importante del municipio”.
Transcurrió una hora y se contabilizaban cuatro heridos.
Algunos cayeron tratando de esquivar al toro, otros sí fueron embestidos como Enrique, quien, proveniente de Coatepec y con tan solo 22 años de edad, decidió entrar a la capea, a probar suerte. No la tuvo.
"Este año me quise meter a jugar con la vida y con la bestia un rato y sí me metí, volé y voy a buscar mi video en youtube(…) Sufrí una abertura en la cabeza nada más, raspado en la rodilla y raspado en el codo, sí valió la pena y lo volvería a hacer, más preparado si lo haría otra vez".
Luego de una hora y 30 minutos las autoridades decidieron suspender el evento debido a que algunas personas en estado de ebriedad, buscaron torear a los animales, lo cual, está prohibido.
Los visitantes se dijeron conformes, volverán el próximo año. Ignoran quien es Santa María Magdalena, pero su pasión por la fiesta brava, los hará volver a probar suerte en el 2020.