Debido a la falta de recursos, muchas personas que padecen alguna discapacidad no acuden a los centros de rehabilitación y se quedan en sus casas, pareciendo que sus familiares se avergüenzan de ellos, pero no es así, lo anterior lo aseguró el coordinador de Psicología del Centro de Rehabilitación Integral de Orizaba (CRIO), José Raúl Cruz.
“Sí es grave, sobre todo sucede mucho en las familias de escasos recursos porque se preguntan cómo voy a mover a mi hijo que no camina, si no tengo medios para llevarlos a 50 kilómetros de donde está y no precisamente que se avergüencen del discapacitado, sino que, en la falta del recurso económico para poder mover a un discapacitado, pues no lo tienen”.
Admitió que es en las zonas rurales, la campesina y serrana donde más casos hay de personas con algún tipo de discapacidad motora que sí se puede sanar, pero que lamentablemente sus familiares no tienen el dinero para el traslado de sus hijos, hermanos o algún otro pariente y se quedan en el olvido.
“Pero afortunadamente hay instituciones como el que yo represento como es el CRIO que se ha dado a la tarea de invitar en varias comunidades o muy alejados que estén a aquellas familias o inclusive a los municipios específicamente de esas comunidades para que den las facilidades y aporten transporte para traer a esas personas que no se pueden mover por sí mismas y puedan venir a nuestra institución a tomar las terapias que se requieren”.
A la sociedad, el facultativo llamó a inculcar en los hijos el respeto hacia los discapacitados para tener los espacios suficientes, pero sobre todo crear las políticas públicas efectivas para que todas esas personas que tienen ese problema de salud pues adquieren las facilidades para llegar hasta esos organismos de ayuda.
A la vez reconoció el apoyo de los alcaldes que a través de los sistemas municipales del DIF facilitan el transporte y ponen a disposición para este tipo de personas, pero dijo que “desgraciadamente no es suficiente”.