El Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE) reportó una caída de 0.3 por ciento a tasa anual con base en cifras ajustadas por estacionalidad durante mayo, lo que representó su nivel más bajo para un periodo similar desde 2009, fecha en la que la economía mexicana sufrió las consecuencias de la crisis económica mundial.
Las cifras dadas a conocer por el órgano estadístico permiten dar seguimiento a la evolución del sector real de la economía en el corto plazo, por lo que son consideradas como un ‘PIB mensual’.
Según registros del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) publicados este viernes, la actividad económica del país presentó una expansión acumulada de 0.9 por ciento durante los primeros cinco meses del año, la cifra más baja de crecimiento desde el mismo periodo de 2009, cuando la economía mexicana retrocedió 6.9 por ciento.
Las actividades vinculadas a la industria han sido las principales culpables del menor dinamismo económico.
Durante mayo, las actividades secundarias (sector industrial, petrolero y manufacturero), reportaron una contracción de 3.1 por ciento a tasa anual, por lo que este sector ya acumuló ocho retrocesos consecutivos.
Analistas de Grupo Financiero Banorte consideraron que la actividad económica se ha desacelerado más de lo anticipado, derivado de algunas problemáticas con el sector industrial del país.
“La desaceleración económica suele ser significativa en los primeros años de los últimos sexenios, ya que los empresarios posponen proyectos de inversión ante la incertidumbre electoral, además de que los nuevos gobiernos han tendido a cambiar el personal que lleva a cabo la ejecución del gasto e inversión pública, lo que retrasa esta dinámica durante los primeros años de cada sexenio”.
Entre los principales problemas que enfrenta el sector industrial (mismo que aporta alrededor del 33 por ciento del PIB), se encuentran la suspensión de obras en la CDMX y la lenta reactivación de proyectos de inversión del sector privado, impactados por la falta de generación de confianza, con efectos adicionales en la demanda agregada y el consumo, puntualizó el centro de estudios económicos de Banorte.
De manera desagregada, la construcción y la minería mostraron contracciones de 9 y 8.9 por ciento anual respectivamente, mientras que la ‘utilities’ avanzaron 1.6 por ciento.
Las industrias manufactureras desaceleraron su ritmo de crecimiento, al presentar una ligera variación positiva de 0.4 por ciento, cifra por debajo del incremento de 2.9 por ciento observado durante abril.
Por otro lado, el sector servicios reflejó un repunte de 1.1 por ciento, ya que cinco de los nueve subsectores que lo integran mostraron crecimientos.
A su vez, las actividades primarias (ganadería, agricultura, pesca, entre otras actividades) reportaron una desaceleración de 0.6 por ciento, lo que significó su menor crecimiento en los últimos siete meses.
En la variación mensual, el IGAE, indicador que permite conocer y dar seguimiento a la evolución del sector real de la economía en el corto plazo, mostró un estancamiento, mientras que las actividades primarias y terciarias avanzaron 0.7 y 0.8 por ciento, en cada caso, las actividades secundarias retrocedieron 2.1 por ciento.