Debido a la drástica desaceleración que registró la economía mexicana durante el cuarto trimestre de 2018 y a que la debilidad de los datos se mantuvo en lo que va de este año, la calificadora Fitch Ratings redujo su pronóstico de crecimiento para 2019 de 2.1% que preveía en diciembre pasado a 1.6%, en línea con los pronósticos de Banco de México.
En su reporte, la calificadora comenta que a fines de febrero, el Banxico redujo su rango de pronóstico de crecimiento para 2019 a 1.1% -2.1%. Parte de esto refleja factores transitorios, como el impacto de la escasez de combustible y las huelgas, pero también hay tendencias más persistentes que mantienen el crecimiento por debajo del potencial.
Por el lado de la oferta, se advierte que la debilidad se ha concentrado en actividades secundarias. La producción de petróleo continúa disminuyendo, lo que reduce el crecimiento anual en un promedio de 0.25 puntos porcentuales en 2014-2018. Lo que en opinión de la calificadora esto continuará durante los próximos dos o tres años.
En términos de demanda, se explica que la confianza empresarial está sufriendo la incertidumbre política generada por la nueva administración, que asumió el cargo en diciembre. El gasto del consumidor se ha desviado considerablemente de los indicadores de confianza del consumidor, incluso a medida que la tasa de inflación ha caído, lo que aumenta los salarios reales.
Asimismo, se advierte en el reporte, que el ritmo de creación de empleo en el sector formal se está desacelerando. Las exportaciones manufactureras siguen siendo dinámicas, pero las exportaciones automotrices se han visto afectadas por la desaceleración mundial en el sector, un factor que esperamos revertir. El gasto del gobierno se ha reducido más que en los primeros meses de un nuevo gobierno.
Por otra parte, en opinión de los especialistas de la calificadora, el ciclo de ajuste de tasas de Banxico parece haber alcanzado su punto máximo, después de dos aumentos de 25 puntos base en octubre y diciembre, que llevaron la tasa a 8.25%, por lo que esperan que los políticos reduzcan las tasas en 2019.
Al evaluar el comportamiento de los precios, el reporte destaca que las recientes lecturas de inflación han sido más bajas de lo esperado y, junto con la economía debil, hará que las autoridades estén más seguras de alcanzar la meta de inflación. Con una caída a 3.9% interanual en febrero, la tasa de inflación está nuevamente dentro del rango objetivo por primera vez desde diciembre de 2016.
La inflación subyacente ha caído más lentamente, lo que refleja la persistencia del precio de la energía y otros choques. Los riesgos inflacionarios potenciales están liderados por choques externos, lo que llevaría a la depreciación de la moneda, pero incluiría el impacto de un aumento en el salario mínimo, que ejercerá una presión al alza sobre las ganancias, concluye el análisis de Fitch.