El vocero de la arquidiócesis de Xalapa, José Manuel Suazo, aseveró que la Organización de las Naciones Unidas (ONU), fue creada para unir a las naciones, para promover apoyos solidarios y cuidar a la humanidad; sin embargo, se ha observado que algunas políticas que este organismo promueve o apoya, son formas de colonialismo ideológico y atentados en contra de las naciones, de la familia y de los derechos fundamentales.
Mediante su comunicado dominical, recordó que el pasado 25 de septiembre de 2020, el Papa Francisco envió un mensaje a las Naciones Unidas, con ocasión de su 75 aniversario, en el que reiteró el deseo de que sea “un verdadero signo e instrumento de unidad entre los Estados y de servicio a la entera familia humana”.
Asimismo, el Papa recordó que la crisis sanitaria del COVID-19 “ha llevado a la pérdida de muchas vidas”, además está cambiando nuestra forma de vida, cuestionando nuestros sistemas económicos, sanitarios y sociales, y exponiendo nuestra fragilidad como criaturas”.
Por ello, considera que este tiempo que estamos viviendo “es un momento oportuno para la conversión repensando nuestra forma de vida y nuestros sistemas económicos y sociales”.
El papa abogó por el multilateralismo, expresión propia de la corresponsabilidad y de la solidaridad fundamentada en la justicia y la paz, en contra de las actitudes de autosuficiencia, nacionalismo, proteccionismo, individualismo y aislamiento que deja fuera a los más pobres y vulnerables.
Asimismo, el Pontífice hizo referencia a la violación de derechos humanos en la actualidad.
“Es doloroso ver cuántos derechos fundamentales continúan siendo violados con impunidad”. Queda la terrible imagen de “una humanidad violada, herida, privada de dignidad, de libertad y de la posibilidad de desarrollo”. “Las crisis humanitarias se han convertido en el statu quo, donde los derechos a la vida, a la libertad y a la seguridad personales no están garantizados”, denunció.
El Papa se refirió “a las devastadoras consecuencias de la crisis del Covid-19 en los niños, comprendiendo los menores migrantes y refugiados no acompañados. La violencia contra los niños, incluido el horrible flagelo del abuso infantil y de la pornografía, también ha aumentado dramáticamente”.
“Millones de niños no pueden regresar a la escuela. En muchas partes del mundo esta situación amenaza un aumento del trabajo infantil, la explotación, el maltratado y la desnutrición.
Desafortunadamente, los países y las instituciones internacionales también están promoviendo el aborto como uno de los denominados “servicios esenciales” en la respuesta humanitaria. Es triste ver cuán simple y conveniente se ha vuelto, para algunos, negar la existencia de vida como solución a problemas que pueden y deben ser resueltos tanto para la madre como para el niño no nacido.
Reiteró que los primeros educadores del niño son su mamá y su papá, la familia que la Declaración Universal de los Derechos Humanos describe como el elemento natural y fundamental de la sociedad. Con demasiada frecuencia, la familia es víctima de colonialismos ideológicos que la hacen vulnerable.
El Papa Francisco se refirió también a la mujer, “en todos los niveles de la sociedad las mujeres están jugando un papel importante, con su contribución única, tomando las riendas con gran coraje en servicio del bien común. Sin embargo, muchas mujeres quedan rezagadas: víctimas de la esclavitud, la trata, la violencia, la explotación y los tratos degradantes”.
Y concluyó: “De una crisis no se sale igual: o salimos mejores o salimos peores”. La contingencia sanitaria ha evidenciado los límites de nuestra autosuficiencia y fragilidad humana. Todos nos necesitamos, no podemos vivir sin el otro.