Vivimos momentos muy complicados en el Estado de Veracruz. No se observa con claridad cómo resolver o al menos disminuir la gran DEUDA SOCIAL (Inseguridad, violencia, pobreza extrema, salud, educación y desempleo) que sufren los ciudadanos. Además de los problemas económicos y la crisis jurídica e institucional que estamos viviendo en estos días.
En el caso de la inseguridad y la violencia, que está presente a lo largo y ancho del territorio veracruzano, ni siquiera la presencia de la Guardia Nacional ha servido para contener los
altos índices de ejecuciones, secuestros y asaltos a mano armada. Nos alarma que tengamos ciudades con los más altos índices, de varios de estos problemas, a nivel nacional.
Ya no se diga las escandalosas masacres sucedidas en el sur de nuestro estado, en Minatitlán y Coatzacoalcos que a la fecha ya suman 31 fallecidos.
El número de víctimas de la violencia es también escandaloso. Las víctimas no sólo son los fallecidos, también están los desaparecidos, los hijos que se quedan huérfanos y el ambiente traumático que viven todos los afectados. Ninguna explicación o justificación es suficiente, necesitamos transformar esta realidad. Los discursos oficiales contrastan con la realidad que vive la gente todos los días.
En asuntos de salud, al problema de la falta de hospitales, de centros de salud y de servicios de calidad que requiere la gente, se agrega ahora el lastimoso desabasto de medicamentos. Nuevamente una realidad es el discurso oficial y otra lo que sufre la gente.
Son poquitas las obras de inversión que se observan en infraestructura carretera o en servicios que ofrecerán nuevas condiciones a la gente. Si es que hay otros resultados, no se conocen o no se informa a la gente. El servicio de comunicación no está funcionando muy bien.
Las cifras oficiales y los logros que a nivel nacional se promocionan y se presumen, contrastan con las otras cifras que tiene la población. No por mucho repetir una cosa se transformará la vida de la gente. Nuevamente pareciera que estamos ante una doble realidad, la que se dice a nivel oficial y la que enfrenta la gente.
En el caso de Veracruz, la reciente suspensión provisional del Fiscal del Estado, el maestro Jorge Winckler Ortiz por parte de la Diputación Permanente y el nombramiento de la encargada de la Fiscalía General del Estado, la Lic. Verónica Hernández Giadans, ha generado en la gente una sensación de incertidumbre, de ambigüedad y de confusión, estamos ante una crisis jurídica e institucional que tendrá que resolverse en los tribunales por las autoridades competentes.
Esperamos que este asunto tan delicado no se prolongue tanto y que se resuelva conforme a la justicia y no se afecte el Estado de Derecho. Para ello contamos con la Constitución y por eso creemos también que nadie puede estar fuera o por encima de la ley. Por el bien y la paz de Veracruz todos debemos cuidar y proteger nuestras instituciones y respetar el Estado de Derecho.