El Trastorno del Espectro Autista con alto funcionamiento, es una enfermedad por la que atraviesan miles de niños en el Estado y desde siempre se ha mantenido en el silencio de las autoridades.
Yenisei Antonio García es madre de Merak, un menor de 8 años diagnosticado con TEA, quien sueña con ser ilustrador de cómics y quien cursa el segundo año de primaria, sin embargo, a su corta edad se ha enfrentado con una sociedad que discrimina e instituciones públicas incapacitadas para atender a menores con discapacidades.
"La inclusión soñada es que nuestros hijos puedan tener acceso a una universidad, que estudien, que trabajen por sus propios medios, pero es prácticamente un sueño, un sueño tan cual. En Xalapa y nuestro estado, todo esto es una cuestión imposible", dijo
A pesar de que en 2018 se aprobó la Ley para la Atención, Intervención, Protección e Inclusión de las Personas con Trastorno del Espectro Autista para el Estado de Veracruz, que comprendía creación del presupuesto 2019, las autoridades al parecer han dejado de largo todo lo que parecía un avance en materia de inclusión.
Merak ha tenido que pasar por tres escuelas, dos públicas y una particular, ya que a su corta edad, las instituciones y sus docentes no recibían una educación que le garantizará un adecuado desarrollo.
"El TEA es un mundo desconocido hasta por los propios especialistas. Las escuelas no están capacitadas, al no contar con profesores capacitado con Usaer o en su caso con un espacio para dar atención ni disponibilidad para explicar a los padres los que sucede con sus hijos".
Por esta razón, y buscando una solución que permitiera a su hijo crecer y desarrollarse como cualquier otro niño, en 2017 fue inaugurado la asociación Lazos de Corazón, que busca apoyar a los niños con cualquier tipo de trastorno.
"Los padres que tienen la fortuna de verlo de una manera optimista se dan la oportunidad de buscar y hacer un peregrinaje informándonos por nuestros propios medios, pero es muy complicado".
Y es que tener un niño con TEA impide en varias ocasiones que los padres y madres puedan tener un empleo fijo, ya que se les imposibilita cumplir un horario de una empresa.
"La gente cree que el TEA no existe, que tú te lo inventas, que no es grave. Mi barrera más grande a parte de la económica, el acceso público que es muy lento y las escuelas que deben ser para todos los niños, no lo son".