El acoso, los secuestros, las violaciones y feminicidios en Veracruz, llevaron a Silvia Ramón Molina a dar clases de defensa personal a mujeres de cualquier edad para prevenir y saber como actuar en caso de que se les presente alguna situación que podría poner en riesgo su vida.
En el país, de acuerdo con los datos de la Encuesta Nacional Sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH) 2016, la violencia contra las mujeres en los espacios públicos o comunitarios es sobre todo de índole sexual que va desde frases ofensivas, asecho y abuso, en la que se contempla el manoseo y exhibicionismo obsceno.
Lo que empezó a los 21 de años Silvia como un pasa tiempo para ejercitarse, la violencia contra las mujeres la llevó a dar talleres de defensa personal utilizando las técnicas del Krav Magá para que aprendieran a defenderse.
Comenta que lo más difícil es hacerle entender a las mujeres que tienen todas las habilidades para aprender a pelear.
“Yo empecé cuando estuvo mucho lo que levantaban chicas y fue mucho inseguridad o como dos o tres meses que aparecían chicas en baldíos y eso empecé a dar seminarios de defensa personal para mujeres y muchas mujeres estuvieron tomándolos”, explica.
“Pero me cuesta muchísimo más trabajo con las mujeres, pues porque no saben pelear desde chiquitas a las mujeres nos inculcan, el no pelees, no contestes, no seas grosera, más que nada eso, y entonces nunca nos adentramos en el tema ese de pelear y aprender a defendernos físicamente”, añade.
Fernanda, fue alumna de Silvia cuando tenía 16 años, ella decidió tomar su clase de defensa personal después de que el doctor de confianza de su familia la acosara sexualmente cuando acudió a hacerse un procedimiento médico; así como ella, en el país el 20.1 por ciento de las mujeres que han sufrido acoso ha sido por un vecino, amigo o conocido, el 71.4 por ciento por desconocidos y el 5.3 por ciento por algún conductor de transporte público.
Fernanda, quien pidió omitir su nombre completo por miedo a alguna burla, comenta que desde que era pequeña sufrió acoso en las calles, es por eso que prefirió tomar las clases del taller de Silvia, “Mujeres en Alerta”. Ella no toma el transporte público sola y opta por usar pantalón holgado cuando sale a la calle.
“Cuando ocurren esas cosas o al menos en lo personal me sentí muy indefensa no sabía cómo actuar ni siquiera sabía lo que estaba pasando entonces fue así como de quiero saber defenderme y no solamente a mí porque por ejemplo tengo sobrinas tengo primas que son menores y es como que no me gustaría que se lo hiciera Y el menos poder defenderlas”, comenta.
El chiflido, el manoseo, los “piropos” hacia las mujeres, que se dan principalmente es espacios públicos de acuerdo con ENDIREH en un 65.3 por ciento, son un tipo de violencia contra las mujeres que no distingue edades.
Claudia Leticia Pérez Mínguez, de 45 años, comenta que uno de los abusos más graves que ha tenido a lo largo de su vida fue una vez que tomaba el aire en el ventanal de su casa, cuando un hombre desde la calle se acercó, le dio una nalgada, la manoseó y al mismo tiempo la empujó de bruces, logrando que se lastimara y quedara paralizada del miedo.
“No supe ni qué hacer entonces todo ese tipo de cosas son las que te hacen pensar que necesitas hacer algo que te ayude a saber cómo debes reaccionar y cómo el procedimiento en algún momento dado, en un principio solo llevaba a clases a mis hijos, pero con tanta inseguridad sobre todo para nosotras me hizo pesar que inclusive yo podría estar más expuesta”, comenta.
En los últimos años las mujeres han tenido que buscar maneras de defenderse contra las agresiones de tipo sexual a las que son vulnerables, Melina Beristain Rosas, dueña de una tienda de artículos de defensa personal comenta que los artículos que principalmente vende son los gases pimienta y los stocks que son un tipo de teléfono celular que al oprimirles un botón dan toques eléctricos, y que principalmente son las jóvenes de secundaria y bachillerato quienes los compran.
Otras mujeres, como Fernanda o como Claudia optaron por tomar las clases de defensa personal que tienen un precio de alrededor de 150 pesos por una hora, de las cuales son muy comunes encontrar anuncios en redes sociales como Facebook.
Por su parte, Silvia, comenta que sus clases solo consisten en enseñarles unas técnicas de Krav Magá a las mujeres y sobre todo devolverles la seguridad de transitar libremente por las calles, por lo que comenta que lo ideal sería nunca ser agredida para nunca tener que usarlas.
“Yo lo digo siempre, esto es para prevenir y saber como actuar en ese momento. Devolverles la seguridad a las mujeres, enseñarles que no somos el sexo débil y que tenemos muchas habilidades físicas es muy padre, pero ojalá nunca tuviéramos que usarlo, ojalá nunca una mujer fuera violentada, violada o asesinada, pero por ahora solo nos toca estar atentas y saber defendernos”, asegura.