El perredista Uriel Flores Aguayo en un artículo titulado ‘Crónica de un fraude anunciado’, expone que el partido Movimiento Regeneración Nacional (MORENA) está “en un evidente proceso de adulteración de sus orígenes y propósitos”.
Al respecto, manifiesta: ‘cuando leí que a Morena se le empezaba a llamar PRIMOR, asociándolo con el PRI en las campañas locales del 2016 en Veracruz, me pareció exagerado, injusto y de chiste; ahora ya no pienso lo mismo. Los veo en un evidente proceso de adulteración de sus orígenes y propósitos’.
Asimismo, indica que han asumido el estilo y las formas tradiciones del tricolor, ‘no son PRIMOR por que tengan alianza con el PRI sino por asumir el estilo y las formas tradicionales del partido tricolor: agrupación atrapa todo, sin definiciones ideológicas, girar en torno a una persona fuerte-caudillo, base matraquera y propuestas ocurrentes’.
Uriel Flores considera que ‘no solo se han alejado de un alinea de izquierda, sino que le dieron la espalda al liberalismo y a posturas progresistas’.
Al respecto, el perredista detalla: ‘es el partido, por llamarlo de manera legal, de las tres mentiras fundacionales: dicen que no luchan por cargos, pero están organizados y funcionan para alcanzar un cargo, la presidencia de la República; sostienen no tener dueños, pero solo una persona toma las decisiones fundamentales y afirman no ser de pensamiento único, pero no deliberan, acatando acríticamente las ideas de su líder máximo’.
Flores Aguayo va más allá y plantea que ‘en un afán desproporcionadamente pragmático han abandonado prematuramente a Morena para dar paso al nuevo PRI. Sus líderes reparten candidaturas entre allegados, sin un perfil que corresponda a las expectativas de cambio que en ellos han depositado amplios sectores de la población. Traicionan una esperanza, actúan con irresponsabilidad y degradan rápidamente un proyecto político que se anunciaba como algo diferente’.
Finalmente, Uriel Flores acota que, si Morena no logra la Presidencia de México, ‘se harán polvo por su falta de estructura real y visión democrática de largo plazo. Es una lástima que se llegue a defraudar a la gente que ha depositado su confianza en ellos por mediocridad, soberbia, ambiciones desbordadas y mezquindades comunes’.