Por generaciones, Octavio López Zaragoza ha enseñado el oficio de elaborar máscaras de madera en la localidad de Coyolillo.
Sus manos aprendieron a dar forma a las cabezas de toros, jaguares y otros animales desde muy pequeño.
"Me he dedicado a la elaboración de las máscaras talladas de madera. Hice una máscara muy chiquita, fue de toro, ya después cuando llegué a la edad de 15 años fue que me dió tiempo de hacer otras más grandes".
Luego de mostrar una máscara de más de 100 años, cuenta que los animales representan la fuerza de la raza negra.
"Son de madera, de una madera frágil, de gasparito o de equimite, son muy delgaditas para que no pesen".
Rafael Carranza es uno de los habitantes de Coyolillo que aprendieron de él la elaboración de máscaras.
"Yo aprendí con él desde que tenía 12 años. Me tío daba un taller a varios niños en la localidad de Coyolillo" cuenta mientras vende algunas máscaras a los visitantes del carnaval.
"Lo tradicional son los toros, venados".
Actualmente son alrededor de 12 las personas que conservan esta tradición, la mayoría alumnos de Octavio López, quien sigue dando talleres en esta localidad y en Xalapa.