El representante del Frente Zapatista de Liberación Nacional Jairo Guarneros Sosa aplaudió el hecho que se reabra el caso de la muerte de la indígena Ernestina Ascencio Rosario por parte de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), esto a 11 años del hecho.
Confió en que se dé seguridad de que la anciana originaria de Tetlatzinga, municipio de Soledad Atzompa murió a manos de militares y no de problemas de gastroenteritis como lo dijo el entonces presidente de la República Felipe Calderón Hinojosa.
Y es que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) decidió admitir la denuncia presentada en contra del Estado mexicano, para examinar lo ocurrido a la luz de sus obligaciones internacionales en materia del derecho de las mujeres a una vida libre de violencia y discriminación.
Fueron miembros del Centro de Servicios Municipales “Heriberto Jara”, la Coordinadora Regional de Organizaciones Indígenas de la Sierra de Zongolica (Croisz) y abogadas y abogados para la Justicia y los Derechos Humanos, A. C. (AJDH) quienes llevaron el caso ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
Dijo que ahora que se ha reabierto el caso, por fin habrá justicia para esta mujer indígena, “esperamos que sí haya justicia y no se le dé carpetazo, porque para todos en esta región nos quedó claro que este asunto no fue debido a un accidente y mucho menos, fue un acto premeditado de parte del ejército en su contra”.
Señaló, “yo reclamaría que haya justicia, a mí me parece que probablemente no sea lo que estamos esperando, pero sí que sea un precedente necesario por el agravio que se cometió en contra de ella y la familia, vemos con buenos ojos que se acepte revisar este caso y ojalá y la Comisión no acepte las presiones para darle carpetazo final, sino que realmente se haga justicia”.
Los hechos nunca fueron juzgados ni aclarados, ya que, a pesar de que tanto familiares como el propio gobernador de Veracruz Fidel Herrera y autoridades municipales, denunciaron los hallazgos de violencia en la persona de la señora Ernestina, y que la Procuraduría General de Justicia de Veracruz encontrara evidencia de violencia sexual; el entonces presidente de la República, Felipe Calderón, concluyó -antes que la propia Procuraduría-, que doña Ernestina había muerto por causas naturales “gastritis crónica”-, y no por factores externos
Cabe recordar que la anciana de 73 años, fue encontrada por sus familiares desvanecida y sangrando, en un paraje de su comunidad ubicado en el municipio Soledad Atzompa, hechos registrados el 25 de febrero de 2007, y la señora falleció sin atención médica quien antes de morir, lograra señalar -en su lengua materna- que “los soldados se me echaron encima”.
La CIDH decidió admitir la denuncia presentada por tres organizaciones, para analizar: las circunstancias en que perdió la vida; el inexplicable y apresurado archivo de la averiguación previa y con ello, la falta de esclarecimiento de los hechos e identificación y procesamiento de los responsables atendiendo que se trataba de una mujer, indígena, adulta mayor en situación de pobreza.