Durante más de 20 días, el niño estuvo al pendiente de su mamá, la cuidaba y la alimentaba, sin embargo, ahora que Adriana comienza a recuperarse, su hijo murió.
Adriana explicó que ayer por la tarde se sintió mal, tenía problemas para respirar, por lo que fue trasladada a un hospital, pero el niño quiso quedarse en su casa y cayó una fuerte lluvia que provocó que el agua se metiera a su casa.
Mencionó que según explican los vecinos, vieron al niño barrer y le indicaron que si lo ayudaban, pero él dijo que podía solo, y al parecer el menor encendió la bomba de la cisterna y se electrocutó.
Paradójicamente a Adriana, la informaron que ya salió de la fase crítica y contagiosa del coronavirus, de la cual esperaba salir con ansia para poder abrazar a sus hijos principalmente a Juan Eduardo que en días pasados acababa de cumplir 14 años.
Juan Eduardo estaba con su mamá y la cuidaba porque aseguraba que si a ella le pasaba algo, el se moría, por lo que decidió cuidarla.
"Mi hijo me dijo yo me quedo contigo, no se me va a olvidar que dijo no mamita con esa enfermedad si te mueres qué voy a hacer, no mamita yo me muero contigo, nos morimos juntos, y se vino conmigo y es algo que le voy agradecer voy a estar muy agradecida con eso siempre”, apuntó
Cabe resaltar que Adriana es taxista y se contagió de coronavirus, ella desconoce cómo lo obtuvo, pues antes de sentirse mal llevó a varios pasajeros enfermos, algunos de gripa, otros de tos. Cuando tuvo que entrar en cuarentena, por ser jefa de familia, tuvo que mandar con sus familiares a sus cuatro hijos, pero Juan Eduardo decidió quedarse con ella, pues los padres de Adriana viven en provincia.
El miércoles pasado Juan Eduardo cumplió 14 años, y aunque al inicio estaba triste porque estaba solito, lo empezaron a felicitar compañeros de su mamá y amigos y el festejo terminó feliz, cuando la Fundación Delos le llevó un pastel y un obsequio.
"Este año fue diferente porque pasó su cumpleaños él y yo solos, ese fue el gran cumpleaños que tuvo mi hijo el licenciado Carlos Mata de la fundación Delos y su esposa Zulma le hicieron llegar un obsequio y un pastel no tuvo precio la verdad, esa sonrisa y esa cara”, apuntó Adriana.