El Presidente Andrés Manuel López Obrador envió a todos los integrantes de su gabinete un memorándum en el que aseguró que no existe un “partido de Estado”, mientras que aquél que interfiera en asuntos partidistas o cometa actos de corrupción será despedido y juzgado.
“Les pido abstenerse por completo de actuar, en su carácter de funcionarios públicos, en asuntos partidistas. También está prohibido utilizar bienes, imágenes, programas sociales o cualquier otro recurso público, que deben destinarse sin ninguna distinción, exclusivamente, al beneficio de los ciudadanos.
… Además, aunque sé que ustedes son mujeres y hombres con convicciones, tengo el deber de comunicarles que se pedirá la renuncia al cargo al quienes lleven a cabo cualquier práctica antidemocrática. Asimismo, les recuerdo que el fraude electoral, por iniciativa nuestra, ya está tipificado en la constitución como delito grave”.
El tabasqueño acusó que en el pasado, cuando formaba parte de la oposición, fue víctima de fraudes y de la injerencia del Gobierno en las elecciones, por lo que aseveró que “no es congruente, moral ni legal mantener estas deleznables prácticas”.
Cabe señalar que la publicación de dicho documento se da al mismo tiempo en el que el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), partido con el que llegó a la presidencia López Obrador, lleva a cabo el proceso para renovar su dirigencia, en el que Mario delgado y Bertha Luján se perfilan como los contendientes más fuertes.
A través de sus redes sociales, el Presidente compartió el memorándum en el que recuerda que ganó la elección de 2018 luego de haber padecido fraudes e interferencias de las administraciones anteriores cuando era parte de la oposición.
“En los tiempos como opositores, enfrentamos y padecimos fraudes electorales cometidos desde el poder […] De modo que nosotros, por ningún motivo, podemos actuar de la misma manera. No es Congruente, moral ni legal mantener estas deleznables prácticas políticas”, señaló.
También aseguró que no debe existir un “partido de Estado”, por lo que hizo un llamado a abstenerse, en su calidad de servidores públicos, de interferir en asuntos partidistas.
López Obrador reiteró que la corrupción tampoco será tolerada dentro de su administración; además, aseveró que “ser de izquierda significa ser honestos, no mentir, no robar y no traicionar al pueblo”.
“Está prohibido utilizar bienes, imágenes, programas sociales o cualquier otro recurso público, que deben destinarse al beneficio de los ciudadanos”, recalcó.
Finalmente, recordó a los funcionarios que les será solicitada la renuncia a aquellos que sean sorprendidos cometiendo cualquier acto de corrupción o interfiriendo en asuntos de partidos.
“Aunque se que ustedes son mujeres y hombres con convicciones, tengo el deber de comunicarles que se pedirá la renuncia al cargo a quienes lleven a cabo cualquier práctica antidemocrática. Asimismo les recuerdo que el fraude electoral, por iniciativa nuestra, ya está tipificado en la Constitución como delito grave”, advirtió.
Esta no es la primera ocasión en la que el Jefe del Ejecutivo lanza una advertencia de esta índole, pues durante su conferencia matutina del pasado 3 de octubre advirtió que el servidor público que se involucre en la elección interna para renovar la dirigencia del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) será despedido y además llevado ante las autoridades electorales.
“Ya no hay partido de Estado”, dijo el fundador de Morena. “Eso ya se terminó. Ya lo que se constituyó en 1929 [el nacimiento del PRI] ya no debe de existir. Nosotros no aspiramos a eso. No es de izquierda el que hace trampa, el oportunista, el corrupto, el acomodaticio, el trepador, el que no pone por delante los ideales y los principios. Que quede esto muy claro”, sentenció.
El próximo dirigente de Morena, fundado hace cinco años por López Obrador, será muy poderoso, de acuerdo con los analistas políticos: tendrá injerencia directa en la selección de candidatos para la elecciones del 2021, donde están en juego 13 gubernaturas, la Cámara de Diputados e incluso las piezas que definirán la sucesión presidencial en 2024. También intervendrá sobre aquellos que quieran reelegirse en los cargos obtenidos durante la elección de 2018, el llamado “tsunami”.
“Es el primer desafío de contienda interna de este partido. Ya en el poder hay recursos y posibilidades de controlar las candidaturas en todo el país. Hay mucho en juego y eso plantea un mecanismo de competencia agudo”, dijo en julio pasado Juan Luis Hernández Avendaño, politólogo de la Universidad Iberoamericana. Los analistas mantienen actualmente esa misma percepción.
Desde Palacio Nacional, el mandatario recordó que cuando hay elecciones en el caso de los partidos políticos, corresponde únicamente a los militantes y dirigentes resolver ese asunto, tal como es el caso actual de Morena. Asimismo, aseveró que como en su momento él y sus compañeros se enfrentaron por muchos años a la “injerencia perversa” del Gobierno en asuntos internos de los partidos e injerencias del Gobierno en las elecciones, eso debe descartarse por completo.