Héctor Díaz-Santana Castaños casi no durmió la noche previa en la que fue el elegido por el Senado para ser fiscal electoral, en sustitución de Santiago Nieto Castillo, en el que se avizora como un turbulento 2018.
Durante una semana, los pasillos de la Cámara Alta fueron su refugio por días enteros. Horas y horas de espera. Sus rivales en este proceso fueron sus acompañantes, mientras decidían al próximo titular de la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales (FEPADE).
Al filo de la medianoche del jueves, alguien le avisó que el debate de la Ley de Seguridad Nacional retrasaría la definición y le dijo: “Regresa en cuatro horas”; sin embargo, la impaciencia no lo dejó dormir y regresó a las cuatro de la mañana como se lo indicaron. La votación se dio pasadas las ocho de la mañana.
A unas horas de haber sido electo, se siente tranquilo, a pesar de que su primer reto será en las elecciones más grandes de la historia. Considera que no se sacó la rifa del tigre porque la FEPADE tiene el personal suficiente y sólo necesita aceitar algunas áreas.
Sobre la empresa brasileña Odebrecht, el nuevo fiscal dice que estuvo revisando el caso el mismo viernes que fue electo y toda esta semana se va a dedicar exclusivamente a él. Adelanta que la investigación contra el ex titular de Pemex, Emilio Lozoya, va a seguir y si hay elementos se va a proceder.
Rechaza tajante que vaya a ser el “sepulturero” del caso Odebrecht o del propio Emilio Lozoya y refuerza que fue una de las peticiones que le hicieron los senadores que pusieron su voto de confianza en él.
Díaz-Santana llega en lugar de Santiago Nieto Castillo quien en octubre fue cesado con el argumento de que dio a conocer información del caso Lozoya-Odebrecht, que debió estar en secrecía.
Hoy, defiende que su designación fue producto del consenso y asegura que no tiene ningún vínculo partidista, ni le debe a nadie su elección. Adelanta que la fiscalía no tendrá distinciones partidistas ni de personas.
Declara que no lo doblarán las presiones, aunque reconoce que éstas son parte de la naturaleza de una institución como la FEPADE. “Las presiones se diluyen cuando se hace bien el trabajo”. Refuerza que va a estar muy bien arropado por las personas de la fiscalía que están con él.
Su compromiso al frente de la FEPADE, señala, es generar condiciones para que los ciudadanos voten en libertad, sin condicionamientos, ni coacciones y que sus sufragios contribuyan a la legitimidad del proceso electoral.
Apegado a la ley
¿Cómo se siente con esta designación después de algunos meses sin titular de la FEPADE?
—Me siento muy comprometido, tanto con la sociedad mexicana, como con el grupo de actores políticos que apoyaron que fuera fiscal de Delitos Electorales. Fue un proceso largo, complicado y de mucha discusión pública; sin embargo, finalmente se tomó la decisión.
¿Se saca la rifa del tigre?
—Es lo que todo mundo dice, pero creo que no. La Fiscalía Electoral nace en 1994, derivado de una reforma política y tiene 23 años acumulando experiencia. Tiene el personal suficiente, están los engranes, hay que llegar y ver que funcionen bien y aceitar donde se requiera.
¿Cómo prevé las elecciones?
—Todo mundo dice que la competencia política se puede decidir al final y lo que sí es necesario es hacer la reflexión. Las instituciones electorales debemos estar muy bien preparadas para lo que pueda venir, por parte de la Fiscalía Especializada tenemos que estar muy cerca de la ciudadanía, para que cuando presenten denuncias respondamos rápido.
Del uso de los programas sociales y recursos públicos estamos preparando una estrategia de blindaje electoral.
¿Cómo prevé la elección? ¿Complicada y cerrada?
—Una de las funciones de nosotros como instituciones electorales es no hacer juicios de valor de cómo podría terminar el proceso electoral.
Lo indispensable es ser conscientes que si es una elección, como se planea muy competida, generar esas condiciones para que el ciudadano vote en libertad, sin condicionamientos, sin coacciones y que contribuya a la legitimidad del proceso electoral. La fortaleza de las elecciones es la confianza, si la gente confía y sabe que su voto se cuenta y se contó bien va a ser un elemento importantísimo de la legitimidad social.
¿Si la fiscalía encuentra un ilícito electoral?
—Tuve la oportunidad de hablar con todos los funcionarios, comprometerlos y decirles que la primera función es procurar justicia penal y vamos a poner toda la energía.
¿No habrá contemplación para nadie?
—Por supuesto que no, no lo podemos hacer. Es una demanda de los mismos actores políticos y es un compromiso de actuar apegado completamente a la ley.
¿Caiga quien caiga?
—Así es. La fiscalía electoral no podrá tener distinciones partidistas, ni de personas.
Las designaciones de fiscales, procuradores y auditores han sido manchados por los partidos, ¿tiene algún padrino que le ayudó a llegar a la FEPADE?
—Una de las cosas que sucedió, y que me dio gusto, fue que me dijeron: ‘¿Cómo te vas a reír si te sacaste la rifa del tigre?’, fue porque el apoyo que tuve fue de 92% de los votos de los senadores, mi designación habla sobre un consenso y fue un proceso muy complicado, en el que pasamos por la prueba de un Comité Académico.
También los partidos políticos, representados por senadores, tuvieron la oportunidad de explorar nuestro currículo.
Hicieron ese trabajo porque sí existe una preocupación de que pudieras tener un fiscal y que represente una persona política o de una fuerza política determinada, en este caso, llegué con buen consenso a fiscal y esa confianza que depositaron todos los actores políticos tenemos que responder a ella.
¿No tiene ningún vínculo ni le debe su cargo a nadie?
—No. El cargo se lo debo a todos los senadores que votaron por mí y hasta los que no, fueron siete en contra y 92 a favor y al final tuve la oportunidad de hablar con senadores que me dijeron claramente que ellos no lo habían hecho. Me dijeron que estaban abiertos para opinar sobre él.
¿Ni tampoco le debe nada a nadie que se las pueda cobrar en la elección?
—Por supuesto que no.
¿Será un fiscal de hierro?
—Es importante para instituciones electorales, más que ser un fiscal de hierro, ser uno totalmente apegado a la ley.
Cuando una persona habla sobre fiscales de hierro, inmediatamente se le ubica en un ámbito solamente de procuración de justicia penal y no.
El sistema de justicia penal moderno requiere conocer todas sus etapas y, sobre todo, sus procesos.
Un sistema de justicia implica desde la prevención y concluir con la reinserción social, pero si estamos trabajando en materia de prevención y en materia de justicia penal, es mucho más económico procesalmente prevenir el delito que sancionarlo.
La fiscalía tiene que ser moderna, eficaz, cercana a la ciudadanía y una que sepa que es más importante prevenir el delito que castigarlo.
¿Cómo ve las presiones como fiscal de la FEPADE?
—Las presiones se diluyen cuando uno hace bien su trabajo. Aquí es aplicar la ley y creo que no va a haber otra forma más que demostrarla con tu trabajo.
¿No lo doblarán las presiones?
— Por supuesto que no.
Nieto Castillo acusó presiones
—Aquí lo importante es, y hay que decirlo a todos los mexicanos, el fiscal no es la institución.
La fiscalía es una institución de 300 funcionarios públicos y la fiscalía son ellos. Tiene que haber una persona que conduzca los trabajos, pero me voy a ver muy arropado por las personas que laboran conmigo y para mí no quiero que me digan: ‘Héctor Díaz-Santana, fiscal de la FEPADE’, ¡no!, yo quiero que me digan: ‘La FEPADE’. Eso nos ayudaría mucho al país y a la institución.
Todo por comunicados
¿Tuvo oportunidad de revisar el caso Odebrecht al interior de la FEPADE?
— El viernes llegué a la FEPADE y estoy revisando el caso, esta semana nos vamos a dedicar exclusivamente a ello, en ese tema, cuando emita algún comunicado va a ser totalmente apegado a la ley y con el conocimiento.
¿Va a seguir la investigación contra Emilio Lozoya?
—Van a seguir todas las investigaciones que tengamos en la FEPADE, incluyendo esa [contra Lozoya].
Hay ahorita más de 4 mil casos, vamos a generar un proceso muy rápido, algunos están prescritos, más de 85% de los casos que conoce la fiscalía son relacionados con el Padrón Electoral y en eso vamos a trabajar, tenemos dos equipos, uno para bajar ese rezago y un equipo muy especializado para que conozca de cada uno de los delitos electorales.
¿Hay elementos contra Lozoya y van a proceder?
—Vamos a proceder contra todas las carpetas de investigación que tengan elementos para procesar.
¿Independientemente de que sea Lozoya?
—Independientemente del partido que sea.
¿No será usted el sepulturero del caso Odebrecht y Lozoya?
—Por supuesto que no. Desde ahora lo digo, que no. Es una de las peticiones que me hicieron todos los senadores que me pusieron un voto de confianza.
¿Qué le dijeron?
—Que atendiera el caso Odebrecht, y otros, por ejemplo: hay una preocupación especial por un delito que se presenta que le llaman el turismo electoral, que es personas de nivel socioeconómico de alta vulnerabilidad, pobres [por así decirlo], a ellos los mueven a otros sitio y los empadronan en otro lugar con la idea de que voten y ese es uno de los delitos que tenemos que atender con mayor energía.
¿Cómo vio la destitución de Santiago Nieto?
— Voy llegando y sería irresponsable de mi parte dar una opinión de mi antecesor, déjenme conocer bien la institución y emitir un juicio de valor.
¿Cree que la FEPADE es una institución que puede ser manipulada por el Ejecutivo?
—Desde que se creó la FEPADE se le dio una garantía y tiene autonomía técnica.
¿Qué mensaje le manda a la ciudadanía?
— Que la fiscalía estará del lado de ellos ante cualquier circunstancia que quiera alterar su condición de voto libre y secreto.
¿Estará a la altura de 2018?
—Cuenten con ello, a diferencia del INE y del tribunal, mucho más pequeña. Somos una institución que tenemos una estrategia muy definida para conformar un ejército de personas; pero nuestro gran aliado y el que nos da fortaleza es el ciudadano.