Ana Cristina conversaba vía Facebook con la exnovia de su hermano, sin saber que quien estaba detrás de la cuenta no era realmente ella. Duró 30 minutos platicando: dio información, recibió información, todo parecía una charla normal. No lo era.
“Ayúdame a contestar esta encuesta para mi materia”, le escribió luego de un tiempo y le compartió una liga la supuesta exnovia de su hermano. Ana Cristina, confiada, abrió la liga y de inmediato la pantalla de la computadora se volvió negra. No apareció ninguna encuesta. “Qué es esto”, se dijo Ana Cristina. La joven dudó y pidió a su hermano que le preguntara a la exnovia si realmente ella estaba platicando por Facebook. “No, yo no he platicado con tu hermana”, informó la mujer. La joven no sabía, pero una persona había ingresado a su cuenta, había simulado ser ella. Y ahora Ana Cristina, de oficio comerciante, también es víctima.
A partir de ese episodio, cada que ingresaba a su cuenta de Facebook se percataba de que tenía de contactos a gente que nunca había agregado. Los eliminaba y regresaban. Cambió de contraseña y no sirvió. No podía desaparecer a esas personas de su lista de contactos en la red social.
De cuentas de Facebook falsas comenzaron a contactarla, a acosarla. “No sé cuánto tiempo tuvieron acceso a mis redes sociales”, comenta Ana Cristina, pero el ciberacoso y lo que parecía un hackeo se convirtió en un fastidio.
Ana Cristina optó por cerrar su Facebook e Instagram, pero después siguió algo impensable: la persona que había accedido a su cuenta tenía su número de celular y comenzó a acosarla con llamadas y mensajes desde distintos números. “Ana, por favor, contesta”, le escribía por WhatsApp. “Ya sé que vas a tal escuela, ya sé que vas a tales lugares”, le decía. Después le enviaba fotos, selfies que tenía ella en sus redes, en Instagram.
Un problema común. Patricia Cepeda, coordinadora general de la Unidad de Análisis e Inteligencia de la Fiscalía General de Justicia de Coahuila, asegura que son comunes este tipo de fenómenos y explica que el modus operandi del robo de identidad en redes se da normalmente con la creación de cuentas abiertas que están públicas, donde hay información expuesta o libre, lo que hace que muchas personas bajen información, crean una cuenta y simulan ser la persona.
Aunque el caso de Ana Cristina podría inclinarse más a una especie de hackeo de sus cuentas, desconoce qué hizo la persona con las fotos a las que tuvo acceso. “A lo mejor creó una cuenta con mis fotos, tenía toda mi información. No sé si también hizo lo mismo que hizo con la cuenta de la exnovia de mi hermano, de contactar más gente”, menciona.
Cepeda refiere que la falta de configuración y control en las cuentas es lo que detona muchas veces el robo de identidad o el acoso virtual. Dice que en caso de los menores, que son las principales víctimas, debe existir un acompañamiento de los padres para no ofrecer mucha información.
Pocas denuncias. La experiencia de Ana Cristina se convirtió en un acoso virtual. Tres años después, cuando creó nuevamente cuentas en Instagram y Facebook ocurrió lo mismo. “Cerré las cuentas y creé nuevas, pero mi correo de Gmailsiempre fue el mismo, y están asociadas”, relata Ana Cristina.
Recuerda que la misma persona simulaba ser quien no era a través de cuentas con cinco o seis fotos de la persona a la que le robaba imágenes. Ana Cristina reportaba esas cuentas, pero entendió que no servía de mucho. “En cinco minutos abren otras 40 cuentas, no se puede”, asegura.
Dice que en una ocasión, la persona que la acosaba, cometió el error de escribirle un WhatsApp por su número propio, donde tenía una fotografía. “No denuncié, no sirve de mucho. Opté mejor por quemarlo en las redes y darlo a conocer para que la gente tenga cuidado”, dice Ana Cristina.
En Coahuila hay pocas denuncias por este delito. Patricia Cepeda, coordinadora general de la Unidad de Análisis e Inteligencia de la fiscalía general del estado, detalla que de diciembre a la fecha acumulan 60 reportes de supuestos robos de identidad, cuentas falsas en redes sociales y casos de ciberacoso.
Menciona que los casos de ciberacoso tienen más presencia en la zona centro de la entidad. En general, las víctimas son mujeres menores de edad a las que exhiben en redes sociales, por lo que exhorta a las familias a mantener un monitoreo constante de las redes de los hijos, para identificar y reportar la denuncia ante el Ministerio Público.
Dice que en Facebook dan asesoría directa para el acompañamiento de evidencias que se deben presentar al Ministerio Público. “La principal recomendación es verificar la configuración de seguridad de nuestras cuentas. Qué tanta información es pública, leer los términos y condiciones de páginas. Es un tema de prevención, prevención en casa, comunicación y valores, qué publicar y qué no publicar”, añade.
A la fecha, el ciberacosador de Ana Cristina le sigue enviando sus propias fotografías. “Haz lo que quieras con mis fotos”, le respondió ella.
Para créditos. Pablo Velásquez, subdelegado de la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) en Coahuila, dice que las principales quejas relacionadas con el robo de identidad tienen que ver con solicitud de créditos de automóviles. Explica que a la Condusef llegan reclamos de gente que no reconoce un crédito que le están cobrando o porque consultan su estado de Buró de Crédito y miran un supuesto crédito. Cuando se ahonda en la queja, resulta que hubo desde falsificación de credenciales o identificaciones, recibos de nómina, comprobantes de domicilio, referencias y demás.
Siete de cada 10 quejas relacionadas con robo de identidad tienen que ver con el tema de créditos para coches. Aunque las cifras oficiales en la Condusef Coahuilahablan de una disminución en el tema: en 2017 se presentaron 156 quejas por robo de identidad, para 2018 fueron 100 y en lo que va del año apenas suman siete.