Manifestantes venezolanos se enfrentaban el martes con tropas leales a Nicolás Maduro que avanzaron sobre ellos con tanquetas a las afueras de una base aérea de Caracas horas después de que el líder opositor Juan Guaidó encabezara un levantamiento militar contra el mandatario.
En los enfrentamientos resultaron afectadas más de medio centenar de personas, entre ellos un coronel de la Guardia Nacional que recibió un disparo de arma de fuego en el cuello. Las autoridades del municipio capitalino de Chacao indicaron por la tarde que en su registro de salud había al menos 69 heridos y destacó que 41 tenían lesiones por balas de goma, dos por disparo de arma de fuego, 21 por traumatismos y tres por problemas respiratorios.
La rebelión liderada por Guaidó parecía tener un apoyo militar limitado aunque hasta ahora ha sido el desafío más serio para el gobierno de Maduro desde que el opositor, respaldado por Estados Unidos y decenas de países, se declaró presidente encargado en enero tras acusar al gobierno de usurpar el poder por lograr la reelección en elecciones consideradas fraudulentas.
Los eventos comenzaron en la madrugada cuando Guaidó, flanqueado por unas pocas docenas de guardias nacionales y algunos vehículos blindados, difundió un video grabado cerca de la base aérea generalísimo Francisco de Miranda en el que convocó a civiles y otros miembros de las fuerzas armadas a unirse a la “Operación Libertad” para derrocar a Maduro.
Junto a él se encontraba Leopoldo López, su mentor político y el opositor más prominente de la nación, quien no había sido visto desde que fue detenido en 2014 y luego condenado por dirigir disturbios contra el gobierno. López dijo que había sido liberado de su arresto domiciliario por las fuerzas de seguridad que se habían adherido a una orden de Guaidó.
Horas después, el canciller chileno Roberto Ampuero anunció que López, su esposa Lilian Tintori y una hija ingresaron a la residencia de la misión diplomática en Caracas en calidad de huéspedes.
Tras la aparición de López y Guaidó temprano, ambos coordinaron acciones desde vehículos estacionados en un paso elevado de la carretera mientras las tropas leales a Maduro lanzaban gases lacrimógenos desde el interior de la base aérea.
El ministro de la Defensa, Vladimir Padrino López, anunció que “una parte” del alzamiento “ha sido derrotado” y que “casi todos” los militares y policías que se sublevaron se retiraron hacia una plaza al este de Caracas. Al ofrecer detalles sobre el alzamiento, indicó que un “reducido grupo” de militares y policías secuestraron vehículos de la Guardia Nacional y armamento y se apostaron en los alrededores de una autopista próxima a la base aérea.
El jefe militar sostuvo que “80%” de los que participaron en la sublevación “fueron engañados” por una dirigencia opositora a la que llamó “golpista” y “salvaje” y consideró el alzamiento un “intento de golpe de Estado de una magnitud muy insignificante”. Afirmó que todas las unidades militares se mantienen en completa normalidad.
Maduro, por su parte, indicó en un breve mensaje de Twitter que conversó con los jefes de los comandos regionales, quienes le manifestaron “su total lealtad al pueblo, a la constitución y a la patria” y llamó “a la máxima movilización popular para asegurar la victoria de la paz”.
En paralelo, el canciller Jorge Arreaza dijo a The Associated Press que Maduro “está en su puesto de comando” y que más tarde estará con seguidores en el palacio presidencial. “No hay ninguna preocupación”, sostuvo.
Luego de los enfrentamientos, Guaidó se marchó hacia la plaza Francia, en el este de la capital, y en breves declaraciones a la prensa, el líder opositor de 35 años señaló que militares del estado suroriental de Bolívar, la ciudad central de Maracay y otras localidades colocaron las unidades en "protección del pueblo de Venezuela".
Ante miles de seguidores hizo un nuevo llamado a los militares a unirse al alzamiento y dijo que se mantendría en ese lugar hasta lograr el derrocamiento de Maduro. “Hoy nos queda claro que las fuerzas armadas están con el pueblo de Venezuela y no con el dictador”, expresó.
Tras sus declaraciones, él y López abandonaron la plaza e iniciaron un recorrido a pie hacia el oeste de la ciudad acompañados de algunos militares rebeldes y miles de manifestantes.
Un grupo más pequeño de manifestantes se quedó en la autopista tirando piedras y bombas incendiarias a los militares y a unas tanquetas y camiones cisterna de la Guardia Nacional que intentaban dispersar la protesta.
En medio del caos, un vehículo blindado condujo a toda velocidad hacia la multitud y atropelló a un manifestante que quedó tendido en el suelo, según imágenes que difundió el canal de internet TV Venezuela Noticias. Poco después se vio a los militares y las tanquetas, una de ellas incendiada, retroceder mientras los manifestantes tomaban parte de la autopista.
En las ciudades de Maracaibo, San Cristóbal, Valencia, Maracay, Barquisimeto y otras pequeñas localidades del centro de país se registraron manifestaciones antigubernamentales, reportaron medios locales.
"Es ahora o nunca, a las calles por nuestra libertad", dijo Marta Morillo, un ama de casa de 57 años, que junto a decenas de personas manifestaban en el centro de Caracas en apoyo a Guaidó.
Cientos de personas desalojaron el sistema de trenes subterráneos, que según las autoridades se vio afectado por un arrollamiento en una de las estaciones del este de la capital venezolana.
"No sé si lo del arrollamiento en (la estación) Chacaíto es verdad. Todo el mundo hablaba del golpe en el metro, muchos gritaban 'libertad' y pararon los trenes poco después", dijo Luis Mendoza, un empleado de limpieza de 34 años.
Las calles del centro lucían en su mayoría desoladas. Patrullas de la policía nacional bloqueaban calles aledañas al palacio de gobierno.