El pasado 24 de enero de 2018 se dio a conocer a través de algunos medios de comunicación de circulación nacional, el proyecto de un Código Penal Nacional. En dicho Código, entre otras cosas, se considera despenalizar el aborto dada su observancia general en toda la República Mexicana. El primer borrador de ese Código busca legalizar el asesinato de los no nacidos hasta las 12 semanas de gestación, tal como sucede en la Ciudad de México desde 2007.
Este proyecto de Código Penal Nacional que busca hacer legal el homicidio de seres humanos inocentes e indefensos en todos los Estados de la República; una vez concluido, se presentaría ante las cámaras de diputados y senadores, y de ser aprobado, se implementaría a nivel nacional para imponer una política antivida en todo el territorio mexicano, pasando por encima de la soberanía de los Estados y pisoteando las constituciones locales que han blindado la vida humana desde la concepción, como es el caso de Veracruz. Dicho proyecto está a cargo del Instituto Nacional de Ciencias Penales (INACIPE) y de la Procuraduría General de la República (PGR) y carece del consenso de los Estados y de la sociedad en general.
Lamentamos profundamente que se quiera imponer esta cultura de muerte en todo el país, ahora a través de este Código Penal Nacional; no bastan los miles de muertos y desaparecidos en todo lo largo y ancho del territorio mexicano, ahora se busca derramar la sangre inocente de los niños no nacidos. Nos parece una propuesta perversa que sólo abona a una mayor descomposición social.
Como lo hemos dicho en otras ocasiones, “la vida humana es un bien precioso que todos debemos defender; es un derecho humano que no se puede negociar con nada”. “Toda vida humana implica dignidad y merece siempre todo nuestro respeto”. “Desde luego, la defensa de la vida humana, no se reduce sólo a la etapa prenatal sino también a todo el arco de la existencia humana”.
En la Iglesia Católica siempre seremos promotores y defensores del respeto por la vida humana; eso forma parte de nuestra doctrina, la defensa de toda vida humana, la hacemos por convicción y porque forma parte de los principios cristianos. Queremos recordarles a quienes promueven este proyecto violento e inmoral que en México 19 estados protegen la vida humana a nivel constitucional, desde el momento de la fecundación hasta su desenlace natural. Por todo esto, rechazamos este propósito asesino de querer legalizar el aborto en todo el territorio mexicano.
En este proyecto que se pretende imponer a nivel nacional, se establece que los primeros 3 meses de vida de un ser humano no tienen ningún valor, y que por lo tanto una mujer embarazada puede deshacerse de su hijo. ¡Una expresión mayor de desprecio de la vida humana no puede existir!
La vida humana es un bien jurídico que el estado debe proteger desde la fecundación hasta su desenlace natural. Permitir el asesinato de un ser humano en las 12 primeras semanas de su existencia es promover más violencia en nuestro País. Es aumentar más derramamiento de sangre. Y más grave aún, porque se trata de una vida humana inocente que no pidió venir a este mundo y que no se puede defender.
El derecho a la vida, es un derecho humano fundamental y sin este derecho no se podría hablar de ningún otro derecho; el derecho a elegir que tanto se invoca en contra de la vida humana no tendría ningún valor si antes no se respeta la vida humana. La vida es un valor supremo que debemos respetar.
Estas afirmaciones no se basan en una creencia o un dogma religioso sino en los datos que ofrecen la ciencia de la genética y la embriología, la antropología y la cultura jurídica. Defender la vida desde el momento de la fecundación es una acción positiva, contribuye a la cultura de la vida, y aún más, al futuro de la humanidad, es un deber del Estado y si no lo hace él mismo socava los cimientos del Estado de derecho.
Por todo esto, hacemos un llamado respetuoso a los diputados y diputadas, a los senadores y senadoras, así como a nuestros gobernantes para que sigan sosteniéndose en el respeto por la vida, ser progresista consiste en defender siempre al más débil; al defender el valor de la vida, no sólo nos referimos a la etapa prenatal sino también a todas las etapas que vive un ser humano.
Deseamos que las políticas públicas que promueva el Estado sean políticas que busquen el bien común y mejoren las condiciones de vida de todas las personas, que la vida sea respetada desde el momento de la fecundación. No al CÓDIGO PENAL NACIONAL que pretende imponer el aborto en todo México.