De acuerdo con el presidente del Consejo de Pastores de la Zona de Orizaba y Zongolica, Miguel Ángel Hernández Bustos, entre 17 y 18 ministros han muerto a consecuencia de COVID-19, y al menos un 40 por ciento se ha contagiado por el contacto cercano que mantiene con las familias.
Dio a conocer que algunos pastores han enfermado y fallecido, por lo que en la región se contabilizan unos 17 o 18 fallecidos por COVID-19, aunque el 40 por ciento se ha infectado, mientras que la feligresía han visto un 7-8 por ciento de contagios.
Señaló que los menos golpeados durante la pandemia han sido los feligreses de las regiones serranas, debido a que los lugares de culto están en zonas abiertas, entre cafetales, platanares, bosque, es decir que el aire es puro.
Pero, reconoció que sí ha habido contagios y se han dado porque mucha gente sale a trabajar, es decir, migra a otros estados y cuando regresan a su tierra natal, lo hacen infectados
“Hoy está mucho de moda que van autobuses a traer mano de obra para la Ciudad de México, entonces la mayoría de los contagiados llegan de allá y como originalmente no había un protocolo, entraban y salían a trabajar al DF, Guadalajara”.
Manifestó que los miembros de la iglesia evangélica, confían en un Dios que da la salud, que los cuida, “pero también como humanos somos finitos y nos corresponde cuidarnos. Sí ha habido un gran porcentaje de pastores que se han contagiado”.
El pastor destacó que como iglesia no han cerrado sus puertas totalmente, incluso a petición del gobierno, pues debido a que la pandemia ha generado temor, muerte e incertidumbre, ésta realiza una importante labor socioemocional, en la cuestión de la resiliencia.
Admitió que actualmente, las familias como institución se están resquebrajando, las escuelas permanecieron cerradas por año y medio, entonces ellos permanecieron abiertos con sus protocolos sanitarios, uso de cubrebocas, sana distancia, no sólo por disposición de la comunidad, sino por sentido común para cuidar a las familias y los propios pastores.