Una marcha silenciosa y en apoyo a las familias que tienen a un ser desaparecido, la tarde de este miércoles, decenas de personas partieron de la rectoría de Nuestra Señora del Carmen hacia el Santuario de la Virgen Santa María de Guadalupe La Concordia, hasta donde se efectuó una celebración Eucarística y se oró por las personas en desgracia.
A esta marcha se sumó el director de la Pastoral Social de la Diócesis de Orizaba, presbítero Marcos Palacios Cárdenas. En el Santuario Guadalupano ofició la homilía el presbítero Heriberto Jiménez López, quien dijo que el obispo Eduardo Cervantes Merino dispuso que el 12 de cada mes se realice una jornada de oración por estas familias y procurar que surjan redes de ayuda.
Ante los fieles expresó: “de tal manera que la oración es que el Señor nuestro Dios nos escucha no se queda sólo entre nosotros sino llega a muchas familias qué pasan una situación semejante y a través de diversos medios de comunicación, poder extender esta solidaridad y oración por las personas que encomendamos nuestras oraciones”.
El sacerdote comentó que a través de la difusión de este mensaje de paz, se eleva la fe para que haga posible que todos los hermanos que están siendo generadores de sufrimiento y dolor puedan volverse a Dios, pero sin pasar por alto la exigencia de reclamar justicia.
“Tenemos todo el derecho de reclamar justicia, sería algo ilógico que nos quedamos callados ante una realidad que aqueja a toda la sociedad y a la Iglesia y es por eso que, los cristianos en el mundo, tenemos la misión de pedir con humildad, pero también con firmeza que se haga justicia, que no quede como en muchos casos, de una manera impune tales acontecimientos sino que, con firmeza alzando nuestra voz ante la sociedad, ante las autoridades y nuestra oración confiada a Dios, nuestro padre seamos escuchados”.
El clérigo exhortó a los presentes a ser promotores de oración, paz y justicia ya que Dios al final de los tiempos dará a cada uno, según sus obras.
Al término de la homilía cerca de una treintena de personas colocaron en un papel el nombre de su familiar ausente por quien se pidió una oración en especial.