Aun y cuando la Fiscalía General de la República (FGR) tiene en la mira a seis exfuncionarios del círculo más cercano al expresidente, Enrique Peña Nieto, el mandatario federal, Andrés Manuel López Obrador, negó que de su parte exista una persecución política y le echó la bolita al ente encargado de investigar y perseguir los delitos. Se trata de los exsecretarios de Desarrollo Social, Rosario Robles; de Energía, Pedro Joaquín Coldwell; de Economía, Ildefonso Guajardo, y el exdirector de Pemex, Emilio Lozoya. También están en la mira el exjefe de escoltas de Peña Nieto cuando fue gobernador del Estado de México, León Trauwitz; y el abogado Juan Collado. “La Fiscalía tiene toda esa información y yo sólo les recuerdo que, desde que tomé posesión de la presidencia, dejé en claro que no iba a haber persecución política, que no es mi fuerte la venganza”. Y fue más allá, al rememorar que hasta reconoció a Peña Nieto, la noche de la elección, por no haberse involucrado en la elección, cosa que sí hizo Felipe Calderón, a su parecer, en 2006, cuando “le robó” la presidencia. “Pero ni siquiera los que hicieron fraude en el 2006 los estamos persiguiendo (…) dije que era partidario del punto final, pero aplica para los que se fueron, no para nosotros, en el caso de nosotros cero corrupción, cero impunidad”.
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