La Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) estableció que la primera fase del Aeropuerto Internacional de Santa Lucía (AISL) estará concluida en el 2022, no en el 2021 como se preveía originalmente, y debido a que se construirá en una base militar, los trabajos deben realizarse “con la mayor rapidez, un alto grado de coordinación y secrecía por parte de los ejecutantes, para no interferir y obstaculizar la necesaria continuidad de las operaciones”. También se busca evitar que se filtre información sobre las capacidades y limitaciones en materia de defensa aérea del país. Entre otras infraestructuras, la terminal contará a su inicio con tres pistas (uno de uso civil y militar), la torre de control y la primera parte del edificio terminal con 30 puntos de contacto para aviones y capacidad para atender a 22 millones de pasajeros. El pasado 29 de abril, el presidente Andrés Manuel López Obrador reiteró que tras la cancelación de la terminal en Texcoco, con su propuesta aeroportuaria se va a generar un ahorro de cuando menos 100,000 millones de pesos y se resolverá en el corto plazo la saturación de servicios aéreos en el centro del país. “Vamos a terminar esta obra en el 2021, vamos a estar inaugurando la primera etapa de este aeropuerto”, dijo en la ceremonia de inicio de estudios y trabajos preliminares para la construcción del aeropuerto General Felipe Ángeles. Junio de ese año era el mes previsto para el primer vuelo. El proyecto aeroportuario, que incluye su interconexión con el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) y la reubicación de algunas instalaciones, tiene un costo estimado en 78,557.3 millones de pesos, los cuales provendrán de recursos fiscales, aunque ya se contempla el uso de los recursos captados por la Tarifa de Uso Aeroportuario (TUA) como mecanismo para obtener financiamiento y apoyar su ampliación. La TUA es una fuente de pago estable para cualquier obligación financiera. Más aún, es importante señalar que usualmente la TUA representa una proporción pequeña en la composición del precio de un boleto de avión. En consecuencia, incrementos leves en la tarifa no deberían redundar en variaciones significativas sobre el precio de los boletos y, por ende, en la demanda por los mismos. “El proyecto AISL permitirá el acceso a servicios aeroportuarios con menor congestión y por ende menores costos para las aerolíneas (esto es particularmente relevante para las aerolíneas de bajo costo), mayor calidad en el servicio provisto, en beneficio de los pasajeros, de sus acompañantes y de la población en general”, refiere el plan maestro de la terminal. La primera versión del documento, coordinado por la Sedena y Aeropuertos de París Ingénierie (ADPI), fue concluida el mes pasado y ya forma parte del expediente que tiene la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), el cual le servirá para autorizar (o no) la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA). “A más tardar en este mes comenzarán los trabajos del Aeropuerto General Felipe Ángeles en la Base Aérea de Santa Lucía. Se ha demorado el inicio de esta obra, ya tenemos todo el proyecto”, comentó el presidente este lunes en el zócalo de la Ciudad de México. En tanto, el plan maestro considera que el periodo de construcción de la infraestructura necesaria para la correcta operación y funcionamiento del AISL será de 30 meses. |