Con flores, veladoras y música, familias enteras comenzaron a llegar a los panteones de Xalapa para visitar a sus muertos.

Desde temprana hora, los cementerios abrieron sus puertas para dejar entrar a los cientos de ciudadanos, quienes aprovechan este día de Todos los Santos, para visitar a los familiares o amigos que se adelantaron en el camino.

Llanto, recuerdos y algunas sonrisas son parte de los sentimientos que este día se perciben en los pasillos de los panteones de la ciudad.

En algunas tumbas, grupos norteños entonaron melodías que arrancaban un sentimiento de melancolía.

En las criptas, familiares realizaron faena, alzaban la voz para orar un rosario y posteriormente procedían a colocar ofrendas para honrar la memoria de quienes en vida fueron sus hijos, madres, padres, parientes o amigos cercanos.

Aunque la mayoría de las tumbas lucían abarrotadas de flores, había muchas más abandonadas; sin embargo, esto no fue un impedimento para que alguien se acercara a dejar una flor o simplemente las observara.

En Xalapa, varias personas hacen uso de este día para brindar sus servicios a cambio de una moneda ya sea limpiando tumbas o cortando hierva.