Bajo los rayos del sol del mediodía, María va jalando su carrito, tocando la campana y al grito de “bonice”, vende sus hielitos de sabores.

Todos los días recorre algunas colonias de Xalapa para buscar el sustento del día, sin embargo, no siempre tiene suerte.

“Las ventas están muy bajas, hay días que lo más que vendo son 80 pesos, pero otros días me he ido a mi casa con 40, apenas saco lo del pasaje”, lamentó.

Refugiándose un momento en la sombra, María, quien diariamente viene desde Coatepec, narra que antes le iba muy bien vendiendo los famosos hielitos afuera de las escuelas primarias, no obstante, la pandemia del COVID-19 la ha hecho caer en crisis.

Y es que afirma que nadie está preparado para quedarse en casa esperando que pase la enfermedad, especialmente cuando se vive “al día”.

“En las escuelas me iba muy bien, en las calles no tanto porque muchos ni siquiera quieren salir a comprar un hielito, pero yo debo seguirle porque vivo al día y necesito sacar dinero”, dijo.

Como María, miles de personas que viven al día deben seguir trabajando, debido a que las autoridades no tienen contemplada la entrega de apoyos a personas como ella, que viven del ambulantaje.

Por ello, invitó a la ciudadanía a no dejar de comprarles a los vendedores “de calle”, quienes ante la necesidad de salir adelante, diariamente viven expuestos al virus.