Pasaron tres horas para que un cuerpo de auxilio pudiera brindar atención médica a una mujer que sufrió de una crisis, y que llegó al centro de Xalapa, donde realizó varias acciones que llamaron la atención de los transeúntes. 

Aunque cerca de la calle Enríquez se ubica el Palacio de Gobierno y el de Xalapa, un centro de salud, Cruz Roja, Secretaría de Seguridad Pública, el hospital Luis F. Nachón y hasta la Comisión Estatal de Derechos Humanos, nadie aplicó un protocolo de atención de crisis; las autoridades brillaron por su ausencia. 

Fue cerca de las 9 de la mañana, cuando Eurídice llegó a la escuela Enrique C. Rébsamen, posteriormente a un banco y sus pasos la llevaron a un café de la ciudad, en donde algunos empresarios daban una conferencia; ahí les gritó algunas consignas, caminó por el parque Juárez y salió hacia la Catedral de Xalapa, ahora en automóvil. 

Sin embargo, empezó a causar relevancia cuando dejó estacionado su auto Chevrolet Aveo color negro en la calle Enríquez, justo enfrente de la Catedral Metropolitana, del cual se bajó y dejó tirada una maleta de ropa y colgó algunas prendas íntimas en una de sus ventanas. 

Minutos antes, cruzó por el parque Juárez y se robó un garrafón de agua y con éste tiró las cosas de una invidente que cantaba en los bajos de Palacio de Gobierno. 

Eurídice ingresó a la iglesia, realizó un desnudo parcial, dio gracias a Dios y se robó un florero, no sin antes tratar de quitar una vestimenta a un Santo, por lo que fue personal de la Catedral quien la sacó para evitar que dañara una de las imágenes santas.

Al llegar a su automóvil, un agente de Tránsito impidió que la mujer pudiera irse poniendo su moto al frente, mientras esperaba la grúa que remolcaría el automóvil para evitar que causara un accidente, sin embargo, al ver la grúa, se echó de reversa, pero al ver los automóviles que circulaban detuvo su marcha y al descender del auto para dialogar con el agente, aprovecharon para quitarle las llaves y subir el auto a la grúa.

Al ver esto, volvió a subirse al auto por lo que la grúa solo pudo avanzar hasta el café que se encuentra frente al parque Juárez a la espera de que autoridades de la Secretaría de Salud, Derechos Humanos o alguien que pudiera atenderla acudiera, lo cual no sucedió y al bajar, luego de que algunas personas le ofrecieron agua, pudieron trasladar el automóvil al corralón.

Después de esto, la joven que se dijo estudiante de psicología y trabajadora de la Cruz Roja caminó por la calle de Enríquez, metiéndose a un banco, donde llegó un doctor para atenderla, negándose a esto, después de una hora y tras meterse a otro café su mamá y su hijo acudieron hasta el lugar para convencerla de subir a una ambulancia de la Cruz Roja, quienes se la llevaron para darle tratamiento.