Un grupo de estudiantes concentrados frente al palacio de gobierno en la plaza Sebastián Lerdo de Tejada y otro grupo bajo una lona en lo que parece un campamento al pie de las escalinatas de la Catedral Metropolitana de Xalapa son parte del archivo fotográfico que documentó las manifestaciones que estudiantes de esta capital hicieron en septiembre de 1968, en apoyo al movimiento estudiantil de la Ciudad de México apenas unos días antes del 2 de octubre cuando ocurrió la masacre en Tlatelolco.

Se trata de una parte del archivo que perteneció al exgobernador de Veracruz Fernando López Arias, gobernador en turno en aquel histórico 68, y que este lunes 24 de septiembre se expuso por primera vez al público en la Facultad de Humanidades de la Universidad Veracruzana.

La “memoria gráfica inédita del 68 en Xalapa” revivió con la exposición de 27 fotografías y conversatorio, la experiencia de persecución de los gobiernos estatal y federal a los estudiantes que apoyaron al movimiento estudiantil y reveló que “la Atenas Veracruzana” pudo haber sido donde se llevara a cabo una masacre de estudiantes antes de la Plaza de las Tres Culturas, en Tlatelolco.

“No hubiera habido el problema de Tlatelolco. Aquí hubiera estallado. Aquí habría sido, Xalapa hubiera sido donde se inició la matazón y los heridos…” contó Víctor Manuel López, sobrino y asistente de Fernando López Arias, quien participó en el conversatorio en el marco de esta exposición junto con el cronista José Martín Blásquez y en el que participaron de manera espontánea sobrevivientes de aquel 68 en Xalapa, como Ernesto Gerardo Fernández Panes, profesor en la Facultad de Antropología de la UV.

“Me dijo (López Arias) que tres días antes del 2 de octubre le habló el secretario de Gobernación, Luis Echeverría y le dijo: el día 2 paro el mitin de Tlatelolco con el Ejército, ¿está usted de acuerdo señor gobernador o no está de acuerdo? si no está de acuerdo dígame porqué…él dijo que estaba de acuerdo, que ya no había alternativa, que había crecido tanto el movimiento en México, en todo el país ya, que o entraba el Ejército…”.

El diálogo entre los expositores, los organizadores y estudiantes unió piezas de la historia que nunca antes había sido contada de tal forma.

Los periodistas Alberto Morales y Pablo Jair Ortega cuentan cómo una idea fortuita generó este evento que revivió emociones de los protagonistas del 69 en Xalapa. El actor, dramaturgo, dibujante y titiritero Pavel Ortega tuvo la idea primero, de que fuera una exposición de carteles de aquel histórico año: “Pavel Ortega hace contacto con nosotros. Pavel nos pide a nosotros material gráfico del 68…estábamos chavos, pero del 88...relacionados con el 68, marchas del 88 para acá…entonces empezamos a buscar”. “Me habla Pavel, le digo, mira yo no tengo, pero vamos a hacerle así…hablo con Pablo (Jair). Curiosamente ellos estaban en el tema…hacemos clic, vamos para allá, para acá y nos damos cuenta de que él tenía un tesoro, una riqueza gráfica que había que llevarla al punto donde estuviera” contó Alberto Morales “Beto Gato”.

“Cuando se habla del 68 lo primero que viene a la mente es la paloma de la paz, la bayoneta, la sangre y los granaderos, efectivamente eso fue en Tlatelolco. Aquí en el 68 lo más que yo recordaba así: la gaseada que le pusieron a manifestantes en Enríquez, la garrotiza, entonces, yo quería decir cómo es que pasó esto aquí y en Tlatelolco hubo muertos… ¿apoyaron o no apoyaron?”. “Cuando yo busco por curiosidad o morbo sangre del 68 aquí, no encuentro más que una madriza, que dije, bueno…viven para contarlo. El maestro Panes, Bringas, el maestro Garzón…no sabía que hasta Capelini había sido. Son protagonistas que como estudiantes vivieron, ¿quién no es estudiante, rockero y comunista?.

Pablo Jair, quien contactó a la familia del exgobernador López Arias y que dio pie al acceso al archivo custodiado por la familia, comentó que en se trataba de aprovechar la conmemoración de los 50 años del hecho: “Estaba la intención precisamente de presentar, hacer público este material y otros que va a haber más adelante, pero necesitábamos una fecha simbólica”. “Fue fortuito. Era una exposición de carteles…me dijo: oye, necesitamos fotos porque en internet no hay. Ahí te das cuenta, haciendo un paréntesis, que hay un choque de generaciones porque en internet no hay. Este tipo de eventos no estaba documentado en Wikipedia...”.

Las fotografías que hoy se dieron a conocer fueron tomadas por informantes del gobierno de López Arias. “Son fotografías oficiales, son fotografías de gobierno”. “Es trabajo de fotógrafos de gobierno. Es la información que tenía don Fernando López Arias en su archivo personal. Los familiares de Don Fernando, muy amablemente dijeron vamos a dar la oportunidad de que la gente conozca”.

El propio sobrino del ex mandatario cuenta que “el expediente que tiene, de todos los informes que le llegaban de México diario, día por día. Para mí que tenía un agente en la Procuraduría, porque él ya estaba en la Procuraduría y le mandaban diariamente información”. “Lo entregamos a un grupo de xalapeños para que lo analicen, de todo, de todo”.

De manera conjunta, alumnos de Sociología y Filosofía entre otras carreras, pertenecientes a los colectivos Acero, el Colectivo Uno y Colectivo El Otro Cine, cuentan la importancia de dar a conocer la historia que tuvo Xalapa en un capítulo del 68 en México. “En lugares como Xalapa hubo una respuesta, como en otras ciudades del estado; sin embargo, esta parte del movimiento ha sido poco abordado por académicos, historiadores, sociólogos…fue el cuerpo de granaderos dirigido por un comandante del Ejército Mexicano…los granaderos corretearon a los estudiantes por Lucio, en Xalapeños Ilustres, ese mismo día irrumpieron en un albergue. Hubo detenciones arbitrarias, represión y prácticamente con esto aniquilaron el movimiento” comentó Gerardo Campos, integrante del colectivo Acero y de la Juventud Comunista de México.

El 27 de septiembre de 1968 tuvo lugar la represión a las manifestaciones estudiantiles que se realizaron en el centro de Xalapa, culminando con decenas de estudiantes detenidos y golpeados, que, de acuerdo a los organizadores de este evento, en una reflexión a 50 años de distancia, fue preferible que una masacre con la intervención del Ejército.