Durante la mañanera de este lunes 29 de abril, el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, divagó durante mucho tiempo para contestar a una periodista que le preguntó el por qué si en campaña dijo que se evitarían las adjudicaciones directas, en estos cuatro primeros meses de gobierno la mayoría de los contratos han sido de esta manera.

Como es costumbre y contestando más lento de lo normal, quizá para evitar enredarse él solo, el mandatario federal dijo que en esta administración “no se niega nada, mañana mismo se dan a conocer todos los informes, es más, hoy mismo le voy a pedir a Jesús”.

Aprovechó para hacer mención que en otros sexenios se hacía una “simulación” de licitaciones, pues se descalificaba sin mayores argumentos a las empresas que no convenían al régimen y se daba el contrato a quien quería el gobierno.

En el tiempo que lleva él, una de las adjudicaciones directas más controvertidas fue la de las pipas que adquirió Pemex para combatir el desabasto, en donde pese a que un ciudadano solicitó la información, ésta hasta el momento no ha sido revelada.

“Tenemos que cuidar mucho lo de las entregas de contratos, yo prefiero que se cuide a quién se le van a dar los contratos, porque uno de los problemas que se presentaban y que eran comunes en las pasadas administraciones es que se abrían las licitaciones en apariencia y se descalificaba con argucias a los que no convenían y se le daba al que quería el gobierno dar el contrato”.

El presidente argumentó que a través de las adjudicaciones directas se puede acabar con la corrupción, por lo que buscará que proyectos como la refinería sean hechos por empresas serias, especializadas y avaladas por sus gobiernos (en el caso de que sean extranjeras). "No permitiremos empresas de países en cuyos gobiernos no se cuide la ética".