Familias de desaparecidos en Veracruz viajarán próximamente al campo de exterminio en Teuchitlán, Jalisco, tras el reciente hallazgo de un espacio relacionado con las desapariciones forzadas.

En entrevista, Anaís Palacios Pérez, integrante del Instituto Mexicano de Derechos Humanos y Democracia A.C., comentó que el descubrimiento de este espacio subraya la omisión del Estado en abordar el grave problema de la desaparición de personas.

Lamentó, además, que "las cocinas" de exterminio pudieran estar presentes en cualquier rincón del país, un fenómeno que pone en evidencia la magnitud de la crisis humanitaria que enfrentan muchas familias en México.

Palacios Pérez recordó que Veracruz ocupa el primer lugar en la localización de fosas clandestinas en el país. Ante ello, señaló que es imperativo que el Estado se haga responsable y que la ciudadanía supervise el correcto desempeño de las autoridades en la resolución de estos casos.

Aunque aún no se ha confirmado si en Teuchitlán hay restos de veracruzanos, Anaís Palacios reveló que algunas familias de desaparecidos están visitando por su cuenta estos lugares en busca de respuestas. “Seguramente las familias querrán ir”, expresó, al tiempo que subrayó la necesidad de que las autoridades otorguen legalidad al proceso de identificación de restos en los sitios encontrados.

La activista destacó que en los hallazgos de fosas clandestinas, las autoridades deben tomar medidas para garantizar la integridad de los indicios, ya que “si otra persona ajena a la autoridad se involucra en el proceso, puede contaminar las pruebas. Se han documentado prácticas en las que se han llevado elementos óseos para demostrar que existían restos, y luego regresarlos al lugar”.

Veracruz ha sido escenario de varios descubrimientos de fosas clandestinas, especialmente en lugares como La Gallera en Tihuatlán, Colinas de Santa Fe, La Laguna, Arbolillo y La Guapota. Estos sitios se han hecho tristemente famosos por la gran cantidad de restos humanos encontrados en ellos. Sin embargo, Palacios Pérez señaló que, aunque no se presentan “cocinas” como en otros estados, las fosas siguen siendo un lugar donde se depositan los cuerpos.

La activista lamentó que, a medida que el tiempo pasa, se sigan acumulando puntos en los que se recogen restos óseos que aún no han sido procesados adecuadamente, lo que retrasa la justicia para las víctimas y sus familias.