El Congreso de la Unión rindió ayer homenaje a Francisco Toledo. En el Senado se guardó un minuto de silencio en memoria del artista juchiteco fallecido el jueves pasado. En San Lázaro, Muñoz Ledo le llamó el Picasso de América y señaló que fue “ expresión sin par en el México profundo, más que un arte comprometido, fue una vida comprometida. Grabador, dibujante excepcional, pintor, escultor y ceramista”.

Fotografías de Toledo aparecieron en los plenos legislativos, coordinados para este homenaje, y frente a ellos lirios blancos, los preferidos del maestro.

Senadores de distintos partidos, resaltaron el talento y contribución al arte del pintor, escultor y grabador. El oaxaqueño y vicepresidente de esta cámara, Salomón Jara, propuso otorgar post mortem, la medalla Belisario Domínguez a su paisano.

“Francisco Toledo también ha sido reconocido como promotor de la cultura, ambientalista, filántropo y activista, la suya siempre fue una voz que alzó para hablar fuerte y claro sobre lo importante, con la capacidad y sensibilidad de escuchar a todos y reunirnos bajo un mismo fin, así lo demostró al fundar el patronato de defensa y conservación del patrimonio cultural del hermoso estado de Oaxaca”, afirmó el senador Eruviel Ávila.

“Tu humildad irritó a los poderosos, a los que gozaban de lujos y excesos, al igual que a las grandes empresas que le pusieron precio a nuestro legado histórico y cultura, tu crítica política social fue tan importante para nuestros tiempos, tu amor por los semejantes y por todos los seres vivientes y de la naturaleza como sabia dadora de vida”.

En tanto, los diputados brindaron un minuto de aplausos al pintor, escultor y ceramista. Porfirio Muñoz dirigió el más excelso reconocimiento al quehacer del hombre de los papalotes:

“Compañeras y compañeros, este 2019 Año Internacional de los Pueblos Indígenas voló, como uno de sus papalotes, el genio de Francisco Toledo. Coincidencia astral, tal vez. Pancho Toledo no perecerá en la memoria de los mexicanos ni en la impronta universal del arte. El último de los grandes de nuestra inmensa tradición plástica, Rivera y Tamayo, pero sobre todo Orozco y Siqueiros”.

“Nunca trabajó para lucimiento formal, más que un arte comprometido, fue una vida comprometida y una creación pluridimensional. También activista social, defensor de derechos humanos y amigo de los mártires. Inolvidable su homenaje solidario a las víctimas de Ayotzinapa. Fue impulsor de talentos oaxaqueños y nacionales. Un hombre del Renacimiento”, expresó el expresidente de la Mesa Directiva.

En tanto, la priista Ximena Puente de la Mora propuso a Francisco Toledo para recibir la medalla Eduardo Neri, por ser uno de los artistas plásticos y pintores más representativos de la identidad de los pueblos y comunidades; pero, sobre todo, del arte nacional mexicano. “Sus esculturas y gráficos, lo llevaron a ser el artista vivo más importante de México”.