"De norte a sur y de este a oeste, yo te encontraré cueste lo que cueste", 'Este 10 de mayo no es de fiesta es de lucha y de protesta" fueron los gritos de más de un centenar de mujeres y hombres que marcharon para exigir a las autoridades que se implementen estrategias para que cese la inseguridad y se acaben los secuestros.

En la marcha que inició en la plazoleta de la iglesia de Santa Gertrudis denominada "10 de mayo, una madre nunca olvida" las integrantes del Colectivo de Búsqueda de Familiares Desaparecidos salieron a las calles por séptimo año a manifestar que este día no hay nada que celebrar porque se han ido incrementando los casos de desapariciones y eso "es realmente terrible".

Araceli Salcedo Jiménez, representante del colectivo, expresó que en el pasado, cada 10 de mayo, las madres de los desaparecidos cantaban de felicidad al lado de sus hijas e hijos, "ahora gritamos por justicia y por verdad, ahora no festejamos, exigimos que nos sea devuelta la paz que nos robaron al llevarse a nuestros hijos y a nuestras hijas, es por ello que como cada día de las madres seguimos reuniéndonos para caminar juntas como un símbolo de nuestro constante andar; esta caminata es una manifestación de que seguimos en pie ,con dolor profundo, pero de pie andando a paso firme en la búsqueda de cada desaparecido y de cada desaparecida”.

Las madres caminaron bajo los intensos rayos del sol y al unísono exclamaban: "¡Hasta Encontrarlos!"; "¡10 de mayo no es de fiesta, es de lucha de protesta!"; "¡Justicia, Justicia!"; "¡Dónde están, dónde están, nuestros hijos, dónde están!"; "¡Hijo, escucha tu madre está en la lucha!";  "De norte a sur y de este a oeste, yo te encontraré cueste lo que cueste", las madres manifestaron que este día no hay nada que celebrar.

La marcha se enfiló por la Calle Real, hasta culminar en la Plaza Bicentenario, en donde se llevó a cabo una Jornada Cultural, la exposición fotográfica; “Una Madre Nunca Olvida", la proyección de documentales, así como una intervención musical y finalmente un mensaje dirigido a los asistentes.

Araceli Salcedo dijo que día a día, el colectivo tiene una punzada que se les clava en el alma; "pero hay fechas como es hoy que dicha punzada pareciera mortal, fechas en las que el pasado sonreía y se disfrutaba pero ahora no, sabe a amargura, tristeza y a dolor".

"Esta caminata es una manifestación de que seguimos en pie con dolor profundo pero de pie, andando a paso firme en la búsqueda de cada desaparecido y de cada desaparecida, aunque eso nos obligue a pisar terrenos fangosos, llenos de dolor y de crueldad, aunque eso nos lleve hasta los campos de exterminio que hemos vuelto a encontrar".

Precisó que este 10 de mayo tiene para ellas un sabor más agrio porque los caminos de la búsqueda de sus seres amados los ha acercado de nueva cuenta al rostro de la maldad que impera en esta sociedad.

"Un rostro que se muestra en todo su horrendo esplendor en las fosas clandestinas que desde el pasado mes de febrero hemos estado descubriendo en donde hemos podido rescatar a 16 de nuestros hijos, aunque no como nosotras las madres quisiéramos rescatarlos, estamos adoloridas por toda esta crueldad que pareciera día a día se va incrementando".

Señaló que ellas han visto de frente a la maldad y el dolor que ello provoca a las familias. "En la sociedad la hemos visto de frente y devastador pero durante este enfrentamiento con la maldad no se nos olvida que somos madres y qué con ello en este camino y como madres nos aferramos a esa esencia natural de la maternidad, el amor incondicional, ese amor que lleva a los seres humanos a lograr lo impensable, ese amor que vence a la maldad y llena la esperanza, ese amor que hoy nos ha hecho caminar en medio de la ciudad y de la gente, para recordar a cada integrante de la ciudad que nuestros desaparecidos siguen presentes, siguen aquí entre nosotros y debemos hacerlos volver...ese amor es el que nos impulsa a seguir viviendo".

A las autoridades les exigieron acciones reales y que le den a sus familias, la justicia y la paz, esa que tanto merecen, "ese amor es el que nos llega a crecer en una sociedad sensible al dolor ajeno, sensibilidad que une a las fuerzas, este amor el que nos soba la espalda en ese momento de cansancio, el que nos abraza para darnos la esperanza de que vamos a derrotar a la maldad, la esperanza de que pronto besaremos la frente de nuestros desaparecidos".

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— Sin Muros (@SinMurosMx) 10 de mayo de 2019