Desde hace más de 30 años, un grupo de mujeres se organiza para dar de comer, cenar o desayunar a los cientos de peregrinos que llegan a la Basílica Menor del Dique, en Xalapa a visitar en diciembre a la virgen de Guadalupe.

Luz María Zapata fue quien tuvo la iniciativa, al ver a los devotos llegar de muy lejos y padecer hambre y frío.

"Los peregrinos llegaban y estaban sentados en la calle. Ahí les agarraba el agua, muchos venían descalzos, tenían hambre porque vienen de Oaxaca, de Tabasco, de Chiapas. De muchas partes llega la gente. Entonces les empezamos a traer de casa, le trajimos cafecito, salsa de huevo, frijoles y se les daba afuera", contó en entrevista en la pequeña cocina y comedor comunitario adaptado al pie de este templo.

Ahora es una forma de agradecimiento a la guadalupana: "Vengo a darle gracias a nuestra madre santísima y a servirle a nuestro padre santísimo, porque mi hijo estaba paralítico y fue un milagro. Se sanó. Está bien de pies a cabeza, trabaja, tiene su familia".

Luiza Zoila Hernández Herrera, una de las mujeres voluntarias cuenta que se dividen en tres turnos para preparar y servir la comida.

"Estamos en tres turnos. Somos voluntarias. Invitamos a muchas personas a que nos vengan a apoyar. Unos van sirviendo, otros van guisando, otros preparando el café y así gracias a Dios salimos adelante con el trabajo".
"Siete estamos pendientes de la organización y ya de ahí todo el que llegue, unas 25 o 30 personas".

En sus anaqueles hay bolsas de arroz, frijoles, azúcar, conos de huevo, en su mayoría donados por voluntarios.

"Es donación. Apelamos a la gente que nos apoye, en un inicio tenemos que ir poniendo nosotros lo que se pueda y ya de ahí la gente va poco a poquito acercándose y trayendo".

Es así como se asiste a los peregrinos que año con año llegan a esta Basílica de diferentes estados del país, incluso de fuera, o de los municipios de este estado.