Este lunes 21 de febrero de 2022, la administración de la librería Garcilazo anunció su cierre definitivo, luego de estar abierto al público por 76 años. De hecho se considera la más antigua y grande de Orizaba.

A fuera de la negociación ubicada en Oriente 6 entre Sur 5 y 3 en el Centro Histórico de la ciudad, luce una lona en rojo y naranja con la leyenda "gran liquidación". En el interior, un montón de libros en espera de que alguien los compre.

El dueño de la librería, atrás del mostrador con el semblante triste, dice al reportero que no desea entrevistas y lo único que expresa es su dolor por llegar al final de 76 años de vida en el negocio.

Durante los últimos años, las ventas vinieron a la baja, pues muchos estudiantes optaron por fotocopiar diversos libros que debido a los precios eran difícil de adquirir.

De la misma manera, muchas personas optaron por la compra de los textos de manera digital y eso también orilló a las librerías comprar nuevos ejemplares que se pueden adquirir en plataformas digitales. Pero también se sumó la falta de dinero ante la pandemia.

El anuncio de la liquidación y remate de los libros se dio a conocer a través de las redes sociales donde se invita a la ciudadanía adquirir los ejemplares a bajos precios.

Con el cierre de la librería Garcilazo, se pierde un punto de venta cultural histórico, así lo expuso el cronista e historiador Armando López Macip.

Recordó que en febrero de años pasados se podían ver largas filas de padres de familia que llegaban a comprar los libros de texto que los maestros encargaban a sus hijos en la escuela.

Mencionó que Garcilazo luchaba en no desaparecer desde hace 18 años, luego de que las editoriales empezaron a vender su material didáctico directamente en los centros escolares, incluso obligaba a los papás a comprarlos así.

"Entonces esto dejó de ser negocio y hay que entender que el comercio vive de las ventas. A ellos les pegó desde hace tiempo, desde que las editoriales comenzaron a vender los libros a las escuelas y las escuelas se lo empezaron a imponer  como obligatorio, antes, este negocio lo tenían las librerías, entonces, fue lo que realmente vino a generar toda esta problemática y esto ya tiene como 20 años, antes que aguantó lo que pudo y yo lo lamento porque ahí se vendió mi primer libro el del Ex Convento de San José de Gracia, ahí estuvo a la venta".