A manera de epitafio, alguien ha colgado en redes sociales un corrido que despide a Juan Luis Lagunas Rosales, conocido como El Pirata de Culiacán, cuyo cuerpo, según la Fiscalía de Jalisco, sigue en la morgue sin ser reclamado, aunque personal del Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses aseguró lo contrario. “Todo me pasó tan de repente que no supe manejarme en el presente, la fama me llegó de la nada, una noche que con mis compas pisteaba, hasta el suelo fui dar y el video se hizo viral, a partir de ahí mi vida cambiaba”, versa la canción que sintetiza la vida de este joven que a los 17 años ya era famoso en redes sociales por la forma en que otros se burlaban de él. Murió asesinado a mansalva por dos sujetos en un bar. Desde que se esparció la noticia sobre el fallecimiento del Pirata las especulaciones aparecieron y se dijo que la causa podría ser un video publicado el 10 de junio, donde el joven, con el corto vocabulario que lo caracterizaba, bravuconea y arremetía contra el líder del Cártel Jalisco Nueva Generación, Nemesio Oceguera Cervantes, El Mencho. Para rastrear lo que fue la vida de este joven, al menos en apariencia, basta escribir su nombre en internet y saltar de liga en liga. Es posible verlo en videos con músicos de banda, mientras bebe alcohol hasta caer, abraza mujeres, baila, empuña armas, posa junto a autos de lujo, avionetas o yates. Sin embargo, al poner atención en los videos, el público ha detectado que su rol es el de patiño. En julio pasado, durante una entrevista con el youtuber Pepe Garza, El Pirata habló de sus orígenes: nació en la sindicatura de Villa de Juárez, en Novolato, Sinaloa; nunca conoció a su padre y su madre lo dejó con su abuela para irse con otra persona; estudió hasta primero de secundaria y a los 15 años dejó su casa para irse a probar suerte a Culiacán, donde lavó carros y trabajó cargando mesas y sillas para eventos, hasta que se viralizó su primer video. “La verdad [me gustaría] pues así dejar la tomadera en paz. Nada de que pues vamos pa’cá, nada ya de eso”, se sinceraba sobrio y brevemente El Pirata sin lograr mayores reflexiones en torno a su vida. Días después, de nuevo ebrio y junto a quienes lo celebraban, ya atrapado entre la fama de las redes sociales, renegaba de esa plática donde no se mostró tal cual es: “Parecía mi papá (…) yo no sabía que en las entrevistas no se dicen groserías, si no hubiera empezado ‘qué rollo viejo vega’. Eso fue una entrevista”. El Pirata parecía no conocer otra realidad y dispuesto a cualquier cosa por ser aceptado y “reconocido como artista”, según sus propias palabras, intentó mimetizarse con quienes admiraba; quizá sin saberlo se convirtió en una excentricidad que servía a otros de diversión. El lunes, antes de ser asesinado, El Pirata publicó un video en vivo desde un departamento ubicado en un edificio de la colonia Ladrón de Guevara, en Guadalajara, donde un par de youtubers de nombre Roberto González, conocido como Hot Spanish, y Benjamín López, Ben, El Gringo, hacen un video blog llamado “Brocoli Shore”, donde simulan conducir programas de MTV. Ambos jóvenes preparaban un “documental” en el que aparece El Pirata y durante algunos días de noviembre pasearon por bares y sitios de Guadalajara captando cómo el joven se embriagaba, se sorprendía ante los trucos de un mago o se molestaba y fanfarroneaba cuando no lo dejaban entrar a un antro por no presentar una identificación oficial. “Yo viví la vida como pude y le doy gracias a Dios por lo que tuve, cuando niño carecí bastante, tal vez por eso me hice un poco arrogante”, resuena el corrido del Pirata, aunque no es suficiente para explicar todo lo que se oculta tras su historia. Las redes sociales están llenas de preguntas sobre su distorsionada realidad del “éxito” y también lamentan que eso orillará a algunos a justificar y celebrar el asesinato de un joven de 17 años.
|