Señala de manera directa a los oficiales de montar una agresión para justificar la ejecución
Fingió su muerte por horas para evitar su asesinato a manos de la policía de Veracruz
Por: La Silla Rota
2019-04-05 - 14:58:11 / Ciudad de México

La sangre que brotaba de la cabeza y formaba un charco ahogaba a Leonardo Cruz Vargas. Aunque, sentía desesperación, por casi tres horas permaneció tirado, inmóvil, fingiendo su muerte para evitar lo remataran a disparos elementos de la Fuerza Civil del estado de Veracruz.

Él es el único sobreviviente de un operativo realizado por la Secretaría de Seguridad Pública, en la localidad de El Dorado, en el municipio de Zempoala. El reporte oficial, emitido por el departamento de prensa de esa dependencia es: un enfrentamiento a disparos con presuntos delincuentes que dejó como saldo tres muertos y un herido.

La víctima, que recibió un rozón de bala en la cabeza y un disparo en el hombro, asegura que no hubo tal balacera. Señala de manera directa a los oficiales de montar una agresión para justificar la ejecución de todos.

Leonardo Cruz accedió a hablar con La Silla Rota, sus únicas peticiones son las de no grabar a su familia, ni su rostro, por temor a que al salir a la calle lo reconozca cualquier patrullero y lo acose, por la denuncia pública y la legal que interpondrá en las próximas horas.

El pasado 27 de marzo, de este 2019, según su versión, fue contratado por una persona que lo abordó por la zona costera de la ciudad de Veracruz para montar un aire acondicionado y reparar dos más, en la localidad de El Dorado, en el municipio de Zempoala, ciudad rural ubicada entre el puerto de Veracruz y Xalapa.

El trabajador estaba en la azotea haciendo sus labores cuando escuchó que un grupo de personas rompían la puerta de metal, al asomarse vio que eran uniformados, con logotipos similares a los que usa la Fuerza Civil de la SSP.

Eran cerca de las 12:00, del mediodía, cuando vio a un sujeto recibir varios disparos cuando corría por la azotea y pasaba justo a su espalda.

Leobardo Cruz insiste que no conocía a nadie del resto de los ocupantes de la vivienda, él era el único que laboraba en la reparación de los aires acondicionados, los demás estaban en el interior y no tiene idea a qué se dedicaban.

El mismo 27 de marzo, cerca de las 16:00 horas, en redes sociales e incluso algunos medios de comunicación comenzaron a informar sobre el enfrentamiento entre elementos de Seguridad Pública y presuntos criminales en El Dorado, con un saldo de cuatro personas muertas.

La noticia estaba acompañada de varias fotografías que mostraban a tres sujetos tirados en una vivienda, con uniformes y botas tipo militar, sostenían o tenían cerca de sus manos armas largas, rifles de asalto.

Sin embargo, el sobreviviente asegura que es un montaje, porque tanto a él como a otros de los moradores los obligaron a ponerse esa ropa para luego dispararles.

Tras ponerse una vestimenta militar, le taparon la cara con un trapo, sin poder ver se colocó unas botas que le habían dado mientras escuchaba disparos, desorden y muchos gritos en el resto de las habitaciones.

Por horas fingió su muerte

Por casi tres horas, el técnico en refrigeración quedó inmóvil, fingiendo su muerte, por varios minutos escuchaba que los agentes ordenaban al resto que, al igual que él, se pusieran otras prendas, de soldado.

Luego oyó la orden de que se hincaran, disparos y vino un silencio largo hasta que tomó valor para levantarse, apoyado de una mesa que estaba junto a él, a un costado vio un hombre muerto, con disparos, sobre un colchón, afuera había una patrulla de la Fuerza Civil del Estado y uniformados, por eso decidió volver a acostarse.

Cerca de las 16:00 horas, Leonardo estaba a punto de desmayarse por la pérdida de sangre, ya no podía levantarse por el peso del chaleco antibalas que le habían colocado también, por lo que decidió seguir fingiendo estar muerto.

En segundos, escuchó una voz de mujer, tomó valor, abrió los ojos y avistó a los elementos de la Policía Ministerial y de Servicios Periciales, decidió que era el momento de pedir ayuda.

Cuando los oficiales ingresaron, tomó fuerzas, se paró y abrazó a la funcionaria de la Fiscalía del Estado pidiendo su auxilio, ante la sorpresa de los efectivos de la Fuerza Civil que no daban crédito.

De inmediato la Ministerial solicitó el apoyo de una ambulancia, en lo que llegaba, los policías merodeaban a Leonardo que yacía en el suelo, casi desmayado.

Cerca de las 22:00 horas de ese 27 de marzo, la Secretaría de Seguridad Pública del Estado de Veracruz emitió un comunicado enviado por WhatsApp en la que advertía que la información que circulaba sobre la balacera en El Dorado era errónea.

La dependencia aclaraba que no había cuatro muertos sino tres y una persona lesionada que habían enviado de emergencia a un hospital de Ciudad Cardel, al norte del puerto de Veracruz.

"En el inmueble aseguraron un total de nueve armas largas y una corta; tres armas cortas de postas; 18 cargadores para armas largas abastecidos con 30 cartuchos cada uno; una caja con 17 cartuchos útiles calibre 45 mm; siete chalecos balísticos; cuatro bolsas con cartuchos .223; una caja con cartuchos 38 súper; tres esposas metálicas; tres cascos Kevlar; un par de rodilleras, un radio portátil y una camisola verde con las siglas de grupo delictivo", decía el texto.

Sin embargo, el testigo afirma que no hubo confrontación porque nunca vio que los ocupantes de la casa dispararan armas en contra de los policías.

"Los que entraron disparando fueron ellos. Quiero aclarar que ya botado, pensando que estaba muerto, me fue colocada un arma larga, que me enteré, porque me quitaron el trapo y después pude ver que en mi mano izquierda tenía un arma larga. Quiero aclarar que nunca he usado un arma y desconozco como se utiliza".

Un día después de estos hechos un ama de casa del puerto de Veracruz, Roxana Contreras, ofreció rueda de prensa asegurando que su esposo, Isaac Alejandro Rivera Pérez, de oficio albañil, estaba en calidad de desaparecido, culpando de esto a los elementos de la Fuerza Civil.

La mujer mostró una de las fotografías que fueron publicadas en redes sociales del mismo enfrentamiento, en Zempoala, en la que se ve una mesa con todo el armamento asegurado y al fondo, casi desapercibido, un oficial lleva a una persona esposada, con pantalón de mezclilla y un tatuaje en el antebrazo.

Roxana aseguraba que era su marido, con vida, pero dos días después, el 29 de marzo, fue localizado muerto en los servicios forenses de la ciudad de Xalapa, por lo que acudió a la Fiscalía General a interponer una denuncia por estos hechos.

Leonardo Cruz Vargas no está en calidad de investigado ni sospechoso. La Fiscalía General del Estado de Veracruz ya le tomó su declaración por estos hechos como testigo de una posible ejecución extrajudicial.

En las próximas horas, acudirá junto a un abogado a interponer una denuncia formal contra la Fuerza Civil por las lesiones que tiene en el cuerpo, tras los disparos recibidos.

El trabajador asegura que no acudió antes porque estuvo más de cinco días en un hospital, pero ahora que ya puede caminar procederá legalmente, hasta las últimas consecuencias.

Además, accedió a dar la entrevista a La Silla Rota porque hasta el miércoles contaban con protección para él y su familia, pero le fue retirada, por lo que tiene temor de lo que pueda pasarle a su esposa e hijos.

El lunes, sin dar mayores detalles, el Fiscal General del Estado, Jorge Winckler Ortiz reveló que existen ordenes de presentación contra elementos de la Fuerza Civil, pero el Secretario de Seguridad Pública del Estado, Hugo Gutiérrez Maldonado, no los ha puesto a disposición de la Ministerial.

Por su parte, el secretario de Gobierno, Eric Patrocinio Cisneros Burgos admitió que hay oficiales de la Secretaría de Seguridad Pública que están bajo investigación por delitos como desaparición forzada.

 
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