Su paciencia se agotó, pero lejos de enojarse recurrió a su ingenio para expresar su descontento: solamente se colocó una tanga y comenzó a caminar.

Esta insólita actitud la tomó Alberto Mattar, un abuelo de 75 años que está cansado de reclamar a la policía de San Juan, en Argentina, por la prostitución de transexuales que hay en el sector donde vive.

Como todos los días, el hombre salió de su casa con su maletín, la diferencia estaba en que solamente iba con la diminuta prenda, calcetín y zapatos... nada más que eso.

“No hay otro modo. He puesto 500 denuncias a la policía. La Justicia no me ha dado ‘cinco de bola’. También son cómplices, el jefe de policía, el gobernador y todos los que dejan trabajar a los travestis donde hay familia. ¡Tengo nietos!”, dijo el abuelo en plaza, según reportaron medio locales.

"Dejan los preservativos tirados a lo largo de la acera”, agregó el hombre.

Su protesta en tanga provó que lo detuvieran por unas horas. Ahora deberá pagar una infracción, pero lo increíble es que el titular del juzgado es su hermano menor.

Mattar afirmó que “volvería a usar la tanga. A pesar de que es tremendamente incómodo caminar con eso puesto. No sé cómo hacen las mujeres".