El año pasado nos enteramos de que los cultivos de cebada estaban en riesgo de desaparecer por las olas de calor y las sequías, una consecuencia directa del calentamiento global que podría aumentar el precio de la cerveza. La alarmante noticia se sumó a muchas otras señales de alerta que nos advertían que el cambio climático sigue siendo un riesgo inminente para nuestra vida en el planeta. Bueno, este año comienza con la noticia de que otro producto que se ha vuelto casi indispensable para la humanidad está en peligro: el café. Un estudio publicado por investigadores Real Jardín Botánico de Kew del Reino Unido advierte que la mayoría de las especies silvestres del café, al menos el 60 por ciento, están dentro de la categoría de en peligro de extinción según los criterios de la Lista Roja de Especies Amenazadas de UICN. Aunque todavía es un escenario lejano, es probable que dentro de las próximas siete décadas, la producción de café se reduzca en un 50 por ciento. Los investigadores determinaron que, de las 124 especies totales de café, 75 están amenazadas, 13 están en peligro crítico, 22 son vulnerables, 35 no están amenazadas, y de 14 no se tiene la suficiente información. Esto quiere decir que, dada la dificultad que representa determinar la extinción total de una especie, el porcentaje de amenazadas podría subir, ya que de algunas plantas no se tiene información desde hace más de un siglo. Aún así, el descubrimiento más importante del estudio es que la especie Coffea Arabica, originaria de Etiopía y que representa el 60 por ciento de la producción comercial de café en el mundo, está amenazada. El 40 por ciento restante de la producción equivale a la especie Coffea Robusta, y ambas suman un estimado de 10 millones de toneladas de café en grano que se cosechan por temporada. Además, los investigadores afirmaron que las otras especies amenazadas tienen el potencial de ser utilizadas para el café del futuro, y que si no mejoran sus prácticas de aprovechamiento y sostenibilidad, a largo plazo podrían enfrentarse a condiciones climáticas cada vez más difíciles. Ahí tenemos otra preocupación que añadir a la lista de tragedias que son consecuencia directa de la crisis climática. Esta vez es gracias a la pérdida de hábitat, el avance de la agricultura, la reducción de la temporada fluvial, el aumento de la temperatura y la degradación de los bosques naturales de Etiopía y Sudán del Sur donde se originan los granos de café, que una de las bebidas favoritas de la modernidad podría dejar de llegar a nuestras manos. Y es que se cree que las condiciones climáticas han obligado a que los productores de café desde Brasil hasta Etiopía y Kenia se reubiquen y busquen nuevas tecnologías para garantizar su supervivencia. Con la desaparición de las especies, no solo tendríamos que adaptarnos a la producción de especies de café con sabores más fuertes, sino que se amenazaría a la industria de los granos de arábica (que además son predilectos de empresas como Starbucks), y que está valorada en casi 14 mil millones de dólares. Entonces, si todas las cifras y noticias que a lo largo de los últimos años han comprobado que estamos cerca de una apocalipsis climática todavía no te convencen, quizás puedas empezar a preocuparte por el calentamiento global ahora que sabes que el café de todas tus mañanas está en riesgo. Y dado que somos la última generación capaz de actuar para disminuir la huella que ha dejado el paso de la humanidad en la tierra, lo mínimo que podemos hacer es reflexionar (con un café, si así lo deseas) sobre la forma en que seguimos calentando la Tierra. |