Ernesto y Román Pérez González de 33 y 30 años fueron los hermanos que murieron en manos de la Policía Municipal de Orizaba. Se dijo que los hermanos no eran delincuentes, pues no enfrentaron a los uniformados. Uno de ellos salió de un antro de la ciudad, por lo que los policías notaron que conducía en estado etílico y lo querían detener, pero este emprendió la huida hacia su vivienda en Sur 39 y Colón Oriente. Cómo pudo bajó de la camioneta Jeep Patriot y corrió hacia su casa; los policías lo alcanzaron y dispararon. El joven cayó herido de bala, como pudo se arrastró y fue ultimado a balazos. Al oír los disparos, su hermano salió de su hogar en paños menores y al momento de pisar la calle, los policías lo asesinaron. Esta es la versión que ha dado a conocer el abogado de la familia Pérez González. Los padres de los infortunados, Luz María González González y Román Pérez Martínez, director de la secundaria Ignacio de la Llave de esta ciudad, señalaron a la Policía Municipal de asesinar a sus hijos a la entrada de su vivienda. Ambos piden justicia y la intervención del gobernador Miguel Ángel Yunes Linares y castigo a quienes cegaron la vida de sus hijos, ambos hombres de trabajo.
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